La agencia de rating DBRS es la única que todavía mantiene el grado de inversión de Portugal. Si la agencia canadiense decide este viernes bajar la calificación hasta el grado de bono basura, el Banco Central Europeo ya no podría seguir comprando bonos del país. Para que el BCE pueda seguir rescatando a los países […]
Dirigentes Digital
| 26 abr 2016
La agencia de rating DBRS es la única que todavía mantiene el grado de inversión de Portugal. Si la agencia canadiense decide este viernes bajar la calificación hasta el grado de bono basura, el Banco Central Europeo ya no podría seguir comprando bonos del país.
Para que el BCE pueda seguir rescatando a los países de la Unión Europea, de entre las principales agencias de rating al menos una de ellas debe mantener su nota por encima del bono basura. Con que una de ellas no decida calificar la nota de un país de la zona euro por debajo del grado de inversión, el Banco Central Europeo puede seguir comprando los bonos que este emita para financiar deuda pública.
El problema puede producirse este viernes. La agencia DBRS es a día de hoy la única que mantiene el grado de inversión en Portugal, aunque el 29 de abril tiene previsto realizar una revisión de la nota lusa que podría suponer que se terminara de unificar la decisión de calificar a Portugal como bono basura.
Portugal podría protagonizar un nuevo caso Grecia. Actualmente su deuda representa el 130% del PIB, solamente superada por Italia (132%) y, como no podía ser de otra manera, Grecia (177%). El déficit público de Portugal en 2015 ha sido del 4,4% sobre el PIB, 1,4 puntos porcentuales por encima de lo que señala el Tratado de Maastricht. Además, a todo esto debemos sumarle que el crecimiento económico del país se ha ralentizado en los últimos trimestres, mientras que la tasa de paro lleva tres trimestres consecutivos sin caer del 12,3%.
Además, en su último informa publicado en febrero, avisó a Portugal de que "el reciente incremento de la rentabilidad de la deuda suponía una preocupación para refinanciar los pasivos lusos. Si la volatilidad en los mercados persiste nuestra atención se fijará en la capacidad para realizar ajustes fiscales".
Lagarde ya avisó de este peligro
La presidenta del Fondo Monetario Internacional ya previó esta posibilidad. A principios de abril Christine Lagarde avisaba a Portugal del peligro de que DBRS bajase su calificación.
El FMI propuso a Portugal preparar un ‘plan B’ para no incumplir sus objetivos de reducción del déficit público de 2016, y le instó a aplazar el fin de algunas medidas de austeridad. El objetivo de este plan secundario es que no se cumplan las estimaciones de Lagarde que vaticinan que Lisboa cerrará el año con su déficit en el 2,9%, siete décimas por encima de la meta fijada por el Ejecutivo portugués, al cual era del 2,2%.
Sin embargo, los planes para reducir la deuda que ha implantado el gobierno luso no convencen. El FMI advirtió de que los Presupuestos "no parecen lo suficientemente ambiciosos" para reducir el nivel de deuda pública y contiene "riesgos significativos".
Miedo al efecto contagio
Uno de los miedos que crece a medida que se acerca el viernes es la posibilidad de que se produzca un efecto contagio que desembocara en una crisis dentro de la Unión Europea.
No obstante, la posibilidad de que la caída de Portugal pudiera propiciar un efecto dominó y arrastrar a otros países consigo parece menos probable de lo que fue en los años 2011 y 2012 con Grecia. Esto se debe a que el resto de países con dificultades fiscales, en principio, no están en peligro de perder la calificación de inversión, por lo que los bonos de países como España, Italia o Francia seguirían bajo el auspicio del programa del BCE.