Las nuevas elecciones apenas cambiará el mapa político, según la mayoría de las encuestas. Siguen dando a los populares favoritos para ser el partido más votado pero lejos de la mayoría absoluta. Y todo ello a pesar de que los meses después del 20D han demostrado una auténtica incapacidad para intentar formar Gobierno y han […]
Dirigentes Digital
| 29 abr 2016
Las nuevas elecciones apenas cambiará el mapa político, según la mayoría de las encuestas. Siguen dando a los populares favoritos para ser el partido más votado pero lejos de la mayoría absoluta. Y todo ello a pesar de que los meses después del 20D han demostrado una auténtica incapacidad para intentar formar Gobierno y han sido un auténtico tormento por la corrupción.
Mariano Rajoy ha parecido que no hubiera ganado las elecciones, con una estrategia pasiva de mantenerse al margen de las negociaciones. Sobre sus espaldas recaía la mayor responsabilidad para liderarlas al ser la lista más votada, pero optó por quedarse en el rincón sin proponer nada y esperar que el resto de partidos se acercaran a él.
El dirigente popular mantendrá la misma línea en precampaña y después de las elecciones con la idea de formar Gobierno preferentemente con Ciudadanos y condicionalmente con Ciudadanos. Rajoy no ha sufrido el desgaste de las negociaciones, pero ha soportado el castigo de la corrupción, nuevos y antiguos casos, que acorralan al PSOE. Los procesos judiciales de financiación en Madrid y Valencia ha estallado en plenas negociaciones, pero han aparecido otros escándalos que señalan al Gobierno, como el caso Acuamed. Hasta el punto que el líder popular ha visto como le dimitía un ministro en funciones como el titular de Industria, José Manuel Soria.
Los populares han anunciado que apenas modificará las listas para las próximas elecciones, y eso que en el partido se ha vivido momentos de crisis internas, debido al tratamiento de imputados en el partido, como a Rita Barberá. El liderazgo de Rajoy se ha puesto en entredicho, a pesar de ganar las elecciones.