Josep Prats, gestor de Abante, comienza su carta comentando el resultado de las elecciones francesas y analizando la situación política en Europa. En su opinión, “en la medida en que el mercado abandone, de una vez por todas, la especulación sobre el futuro de la moneda única, avanzaremos en la normalización que se inició ya […]
Dirigentes Digital
| 15 jun 2017
Josep Prats, gestor de Abante, comienza su carta comentando el resultado de las elecciones francesas y analizando la situación política en Europa. En su opinión, “en la medida en que el mercado abandone, de una vez por todas, la especulación sobre el futuro de la moneda única, avanzaremos en la normalización que se inició ya el mes pasado”. Básicamente porque estamos en un contexto en el que la victoria de Angela Merkel en las elecciones alemanas parece también segura, lo que hace prever un relanzamiento claro del proyecto europeo. Los euroescépticos intentarán argumentar que en Italia hay elecciones pendientes que pueden poner en riesgo la moneda común. El gestor destaca que “mayo ha sido un mes de transición, en el que se han consolidado las ganancias de abril”. También explica que el fondo ha tenido un comportamiento ligeramente mejor que el índice Euro Stoxx 50 en el mes y European Quality acumula una revalorización anual del 9,6%. Desde el lanzamiento del fondo, este acumula una rentabilidad del 46% (frente al 26% del Euro Stoxx en el mismo período), lo que supone una tasa anual compuesta del 10%. Por otra parte, Prats subraya que de la “valoración fundamental, compañía por compañía, nos indica un potencial de revalorización del orden del 30% en el sector bancario, superior al 15% que presenta, a nuestro juicio, el índice europeo”. El gestor también añade que con datos macroeconómicos que confirman, o mejoran ligeramente, las expectativas existentes al inicio del ejercicio (crecimiento de entre el 1,5% y el 2% para la eurozona, superior al 3% para la economía global), sin sorpresas en la política de tipos, “con relativa estabilidad en los precios de las principales materias primas y con un tipo de cambio del euro que se sitúa dentro de una banda razonable frente al dólar”, por lo que no se esperan “grandes sorpresas en los resultados de las grandes compañías que tenemos en cartera”. Si como se prevén, los beneficios se incrementan a tasas de dígito alto, un año más, “no vemos razón para que, finalmente, el mercado acepte pagar unos multiplicadores sobre los mismos más elevados que los actuales, corrigiendo la todavía marcada infravaloración que la bolsa de la zona euro presenta frente a la estadounidense”.