La aversión al riesgo ha regresado con el escenario que se sitúa ante los inversores. El trasfondo parece muy frágil y las valoraciones se hallan en máximos históricos. según Suzanne Hutchins, gestora de inversiones globales en el equipo Real Return de Newton, explica que su equipo tiene “previsto reducir un tanto el riesgo en aquellas […]
Dirigentes Digital
| 04 ago 2017
La aversión al riesgo ha regresado con el escenario que se sitúa ante los inversores. El trasfondo parece muy frágil y las valoraciones se hallan en máximos históricos. según Suzanne Hutchins, gestora de inversiones globales en el equipo Real Return de Newton, explica que su equipo tiene “previsto reducir un tanto el riesgo en aquellas clases de activo que han mostrado una evolución particularmente buena últimamente”. Por ejemplo, esto podría significar un recorte de la exposición a la deuda pública australiana, al oro y a parte de la asignación en renta variable; como resultado de estas ventas, el saldo de efectivo en la cartera podría aumentar en un 5%. “Hasta la fecha, la exposición al oro se ha gestionado de forma táctica, recogiéndose beneficios en acciones de mineras auríferas y reinvirtiendo la liquidez obtenida en oro físico”, añade. La euforia reinante en los mercados de renta variable continuó en mayo, aunque el liderazgo bursátil pasó a los sectores más defensivos. “Esto fue favorable para la selección de valores del equipo, dado el tipo de acciones por los que se inclina la estrategia”, explica. Las posiciones en bienes de consumo y servicios públicos realizaron contribuciones positivas destacadas, sobre todo empresas de crecimiento sólido como Unilever, Japan Tobacco y Diageo, que se beneficiaron de su fuerte poder de fijación de precios y de sus marcas establecidas. Los participantes en el mercado se concentraron en la reflación durante el cuarto trimestre de 2016 (lo cual benefició a los valores financieros y cíclicos), pero el primer trimestre de 2017 ha sido escenario de un cambio de dirección, afirma Hutchins. “La estrategia ha consistido en diversificar fuera de las apuestas por las políticas de Trump y de las respuestas a los resultados de las elecciones celebradas recientemente en Europa. Además de la posición en deuda de mercados emergentes (en deuda pública mexicana) y de Walmart de México, se compraron títulos de compañías indias, como por ejemplo la empresa multinegocio ITC y el proveedor de servicios financieros Vakrangee”, analiza. Reforma estancada El presidente Donald Trump no ha avanzado con sus promesas electorales dirigidas a la reflación, que representarían un alejamiento de la dependencia de las autoridades en la política monetaria y un acercamiento a un estímulo fiscal favorable para el crecimiento, apunta la gestora. Afectado por problemas domésticos (incluida la amenaza de destitución) y por el escaso avance en torno a sus promesas de reflación, Trump se está mostrando más beligerante en cuanto a las políticas comerciales con otros países. Tales políticas, de talante proteccionista, no encajan con un mayor crecimiento en Estados Unidos o a nivel global, observa Hutchins. La bolsa estadounidense ha estado liderada por las llamadas acciones FANG (Facebook, Amazon, Netflix y Google) y por otros grandes valores de gran capitalización, impulsados por la actividad de fondos cotizados (ETF) y por los flujos pasivos hacia el índice S&P, añade. Aunque las valoraciones son elevadas, esto no determina lo que ocurre en los mercados en el corto plazo; su principal motor es la liquidez, que a su vez depende de las compras de activos por parte de los bancos centrales mundiales, no tan solo en Estados Unidos. La inflación subyacente es moderada a nivel global, prosigue Hutchins, y en Estados Unidos, la magnitud principal de inflación está disminuyendo. Esto significa que, pese a la probabilidad de que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed suba el tipo de interés de intervención tras su reunión de junio, nuevas subidas del precio del dinero por parte de la entidad podrían ser menos probables. La visión del equipo tiende hacia la deflación como consecuencia de un exceso de oferta de bienes y servicios, disrupción tecnológica y la carga de deuda, motivo por el que mantiene una postura de cautela.