No se salvaron las commodities agrícolas del terremoto que supuso 2015 para las materias primas, con el hundimiento del petróleo como principal exponente y la presión bajista derivada del temor a un ‘aterrizaje forzoso’ de China, o el repunte del dólar ante el inicio del ciclo alcista de tipos de la Reserva Federal (Fed). Tampoco acompañaron […]
Dirigentes Digital
| 14 ago 2017
No se salvaron las commodities agrícolas del terremoto que supuso 2015 para las materias primas, con el hundimiento del petróleo como principal exponente y la presión bajista derivada del temor a un ‘aterrizaje forzoso’ de China, o el repunte del dólar ante el inicio del ciclo alcista de tipos de la Reserva Federal (Fed). Tampoco acompañaron las previsiones económicas, con el fantasma de una recaída planeando sobre la actividad global, ni, de su mano, los desequilibrios entre oferta y demanda. La llegada de 2016 trajo consigo una escalada y posterior estabilización del crudo y, sobre todo, una mejora en el sentimiento inversor que, por fin, parece comenzar a creer en la fortaleza de la recuperación. A estos apoyos se sumó una climatología adversa (El Niño), que contribuyó a equilibrar la oferta y la demanda en muchos de estos productos que, más allá de activos financieros, son bienes básicos para la población mundial. Así, los precios del café, el azúcar o el aceite de palma remontaron con fuerza (especialmente el primero con un incremento del 44%). Con todo, los stocks elevados pesaron sobre la mayor parte del grano o el cacao (que cayó un 34%). Muchos son pues los factores a tener en cuenta a la hora de aproximarse a las commodities agrícolas y, por el momento, parece que se están sesgando a la baja para este 2017 marcado por la incertidumbre política, pero también por el apetito por el riesgo, la búsqueda de retornos y, por ende, por la volatilidad. Y es que, aunque en buena medida está descontado, el mercado debe hacer frente a al menos dos subidas de tipos más por parte de la Fed (si no tres), con su correspondiente impacto en el dólar, que, además, debería verse impulsado por las políticas fiscales y de inversión prometidas por el presidente estadounidense, Donald Trump. Riesgos que, sumados a la cargada agenda electoral europea, deberían al mismo tiempo apuntalar el papel como refugio del ‘billete verde’. (Lea el artículo completo aquí: Presión y oportunidad en las commodities agrícolas)