La visibilidad es limitada, pues los interrogantes que "acosan" a gestores e inversores superan con creces las certezas. ¿Hasta dónde llega la desaceleración de China? ¿Podrá evitar el "aterrizaje forzoso? ¿Cómo impactará en las economías desarrolladas la pérdida de momentum de las emergentes? ¿Cuáles serán las consecuencias del hundimiento de las materias primas? Y, sobre […]
Dirigentes Digital
| 15 feb 2016
La visibilidad es limitada, pues los interrogantes que "acosan" a gestores e inversores superan con creces las certezas. ¿Hasta dónde llega la desaceleración de China? ¿Podrá evitar el "aterrizaje forzoso? ¿Cómo impactará en las economías desarrolladas la pérdida de momentum de las emergentes? ¿Cuáles serán las consecuencias del hundimiento de las materias primas? Y, sobre todo, ¿estamos preparados para que la Reserva Federal (Fed) siga adelante con el endurecimiento de la política monetaria a pesar de que el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) sigan (incluso amplíen) sus estímulos?
Desconfía el mercado ante todas estas dudas y a pesar de que los analistas creen firmemente en el respaldo de estas dos últimas autoridades monetarias; en que es positivo que se normalicen las políticas al otro lado del Atlántico pues es reflejo de una economía fuerte; en que las commodities, tras la sangría, más pronto que tarde se estabilizarán; y en que el Gobierno chino cuenta con las herramientas necesarias para que la transición de su economía no haga descarrilar ni al gigante asiático, ni al mundo.
Y esta falta de confianza, genera miedo. Un temor que trae a la memoria de muchos lo peor de la crisis financiera y, sobre los dolorosos recuerdos de 2008, saltan las alarmas de una recaída. En este contexto, Capital Economics llama a la calma. Y, aunque reconoce que varios indicadores de los mercados financieros advierten sobre una recesión inminente en la Zona Euro, "por ahora", les parece, un posicionamiento "demasiado pesimista".
Como señales de alerta apunta al hecho de que "la diferencia entre las rentabilidaes de los bonos alemanes a diez y dos años es reducida frente estándares anteriores. Lo que sugiere que los inversores ven pocas posibilidades de subidas de tipos en los próximos diez años, quizá reflejando el pesimismo sobre las perspectivas de crecimiento e inflación". Al mismo tiempo, los recientes descensos en las cotizaciones bursátiles apuntan a que "la producción podría estar ya cayendo. En el pasado, las caídas en la renta variable de la Zona Euro han sido consistentes con contracciones anuales del PIB superiores al 1%.
¿Nos dicen estos indicadores algo nuevo sobre el comportamiento actual de la economía? Se plantean, para reconocer que ellos son "escépticos". En primer lugar, consideran que las preocupaciones por el debilitamiento global son exageradas. En segundo, el rendimiento de la renta variable puede diferir, y mucho, con el comportamiento de la economía. Tercero, la política monetaria del BCE ha variado la forma en que los rendimientos del bund responden a la evolución macro…
Ahora bien, también consideran que el crecimiento de la región "está destinado a reducirse. Y si los precios de los activos siguen cayendo, la probabilidad de una recesión económica más profunda aumentará".
Cuatro preocupaciones injustificadas
El hundimiento de China y el petróleo, la posibilidad de una recesión en Estados Unidos y de que la banca europea sufra un nuevo 2008 son, para Lazard Frères Gestion, injustificadas. "Se trata más de un ataque de pánico de los mercados que de una verdadera degradación de los fundamentales".
"Frente a unos mercados marcadamente bajistas, es natural buscar una explicación racional y por tanto ponernos en lo peor", reconocen. Pero, "los mercados no siempre son racionales, tal vez menos hoy que antes. La causa, a nuestro juicio, se debe a la disminución del número de inversores de largo plazo capaces de tomar posiciones contrarias en los mercados bajistas, así como al desarrollo de gestiones del tipo momentum y de sistemas de corte que venden en fases bajistas, acentuando los movimientos".
Así, a pesar de este comienzo de año tan agitado en los mercados, reiteramos nuestro escenario económico de un año 2016 finalmente bastante próximo al del 2015, con un nivel correcto de crecimiento mundial, impulsado esencialmente por las economías desarrolladas. Nos mantenemos expuestos a activos de riesgo, principalmente a la renta variable de la Zona Euro".
¿Hay que temer al sector financiero europeo?
Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank, considera que no hay una razón real por la que las entidades bancarias del Viejo Continente deban "quitarnos el sueño" ahora.
"Está siendo un año complicado para las acciones ligadas al sector bancario, especialmente ante la caída del 40% que ha experimentado la entidad alemana Deutsche Bank. Disminución de los ingresos y la fortaleza de capital se encuentran entre las principales preocupaciones, pero éstas parecen exageradas", explica.
Es consciente de que "la nueva regulación del sector bancario está dañando los beneficios del sector y el mercado está ajustando valoraciones entre las compañías financieras, pero no creemos que haya una razón real para preocuparse de cara a más riesgos sistémicos. De hecho, consideramos que podría haber oportunidades en el sector bancario, especialmente entre la banca estadounidense".