Junio, julio o septiembre. La segunda y la tercera opción son las que más adeptos tienen entre el consenso, pero, sea como fuere, lo cierto es que ya ‘acariciamos’ la próxima subida del precio del dinero en Estados Unidos, cuando hace apenas un mes apenas se descontaba ninguna para este año. El banco central estadounidense […]
Dirigentes Digital
| 10 jun 2016
Junio, julio o septiembre. La segunda y la tercera opción son las que más adeptos tienen entre el consenso, pero, sea como fuere, lo cierto es que ya ‘acariciamos’ la próxima subida del precio del dinero en Estados Unidos, cuando hace apenas un mes apenas se descontaba ninguna para este año. El banco central estadounidense vuelve a ‘confiar’ en su economía (a pesar del último Informe de Empleo, que se ve más como un ‘tropiezo’ que como una caída en toda regla) y también en el contexto internacional, con China y las materias primas relativamente el ‘calma’.
No se olvida, no obstante, del Brexit ni de la inestabilidad política de la Zona Euro (con las elecciones españolas como principal exponente), tampoco del precario equilibrio del crudo y los emergentes, de ahí, que el movimiento al alza no se espere para la reunión que finaliza el 15 de junio, ni que tampoco se de por seguro que se produzca otro en diciembre. Si bien, hay expertos que creen que la inflación obligará a Janet Yellen a superar las expectativas del mercado en este sentido. Es el caso de Capital Economics que apuntan a dos aumentos de tipos hasta cerrar el ejercicio entre el 0,75% y el 1,00%.
También apuestan estos analistas por una escalada del dólar. Recuerdan que más de un tercio de la depreciación de esta divisa se ha consumido desde que comenzara la primavera y el resto "será absorbida en el momento oportuno y la moneda estadounidense escalará posiciones hasta finales de 2017".
De hecho, en su opinión es la reversión de las expectativas del mercado respecto a la política de la Fed "la explicación clave para la recuperación actual del ‘billete verde’", pues tanto la Bolsa como las commodities se han mantenido bastante estables. Así, la razón por la que esperan una mayor apreciación de la divisa norteamericana se basa en su previsión "de un mayor contraste entre lo que hará la autoridad monetaria estadounidense y el resto de bancos centrales".
También Banca March considera que si la Reserva Federal mantiene su discurso alcista, el dólar seguirá apreciándose. No obstante, creen que "el ritmo será modesto y estimamos que se
podría llegar a un cruce más cerca de 1,08 que de la paridad". Coincide Hans Bevers, jefe de análisis macro de Degroof Petercam, al no esperar una "fuerte revalorización desde los niveles actuales. A pesar de la reciente devaluación, sigue pareciendo bastante caro desde una perspectiva teórica a largo plazo".
Mientras, Andbank añade que el ‘billete verde’ "es el mejor activo para proteger las carteras ante el riesgo, ni menor ni absolutamente descartable, del resultado del próximo referéndum del 23 de junio en Reino Unido sobre su permanencia en la Unión Europea. Además, las dos subidas de tipos previsibles en 2016 en Estados Unidos sugieren una zona objetivo a medio plazo para el cruce euro/dólar de 1,05, por lo que aprovecharíamos estos niveles para tomar posiciones en el dólar también como interesante alternativa de inversión".
Desde Citi no creen que esta divergencia suponga que el dólar vaya a recuperar la tendencia alcista perdida en los últimos meses. Ahora bien, matizan: "Vean que discusión encubierta se ha producido en el G7 de ministros de Finanzas de forma reciente y entenderán lo difícil que resulta ahora calibrar la orientación futura de las monedas del G10". Así, el broker estadounidense prevé que el ‘billete verde’ "se aprecie de forma marginal en los dos próximos años frente a las monedas emergentes… pero, también, más allá de una mayor solidez a corto plazo esperamos que se siga depreciando también de forma limitada en el mismo periodo frente a las monedas del G10. Incluyendo al euro, naturalmente".
Con todo, recordemos que John J. Hardy, jefe de estrategia de divisas de Saxo Bank, señalaba que la postura "cauta" adoptada por el banco central estadounidense "hizo que todo el mundo se lanzara a profetizar el final del mercado alcista en el dólar. No obstante, podría no haber acabado aún, sino meramente demorarse".