La capacidad de adaptación (liquidity) destaca como el reto principal del talento, según un 66% de los dirigentes españoles. Esta se define como la capacidad de adaptarse de forma rápida a una organización, tener un perfil transversal y ser capaz de realizar diversas tareas. La capacidad de aprendizaje continuo (learnability), con un 25%, y la […]
Dirigentes Digital
| 14 dic 2016
La capacidad de adaptación (liquidity) destaca como el reto principal del talento, según un 66% de los dirigentes españoles. Esta se define como la capacidad de adaptarse de forma rápida a una organización, tener un perfil transversal y ser capaz de realizar diversas tareas. La capacidad de aprendizaje continuo (learnability), con un 25%, y la movilidad (mobility), con un 9%, serían menos importantes para el éxito profesional en un futuro cercano. Estos resultados se extraen del estudio “Soft Skills 4 Talent” llevado a cabo por Human Age Institute en ocho países europeos. “La rápida evolución del mercado y los continuos cambios que experimentan las organizaciones hacen que la capacidad de adaptación de las personas se torne una necesidad indispensable para las empresas” asegura Montse Moliner, directora de Empleabilidad de Human Age Institute. “Es por ello que los profesionales deben responsabilizarse de mantener y actualizar constantemente sus conocimientos y competencias adaptándolos a las necesidades del entorno; a la vez que las empresas también contribuyen al crecimiento y desarrollo de su Talento”, concluye. Preguntados por las competencias transversales más importantes, los dirigentes españoles señalan la resolución de problemas (70%), la inteligencia emocional (66%) y la toma de decisiones (63%) como las más demandadas en todos los perfiles. En líneas generales, las competencias relacionadas con el pragmatismo y lo tangible son las habilidades más demandadas actualmente. Por otro lado, y a pesar de la revolución tecnológica que invade tanto el ámbito personal como el profesional, sólo el 15% de los directivos manifiesta que las competencias digitales son una habilidad clave. Junto con esta cierran la clasificación el seguimiento y control (21%) y la transmisión de conocimientos (15%). Para hacer frente a esta volatilidad y constante cambio, unido a un creciente desajuste de talento que incrementa paulatinamente las dificultades de encontrar los perfiles adecuados, los directivos aseguran centrar sus esfuerzos y recursos en fidelizar (un 40%) y desarrollar (un 26%) a sus profesionales.