El principal desafío del nuevo Gobierno de Brasil es frenar la caída de la economía, una de las principales razones que llevaron a la destitución de Dilma Rousseff, e iniciar su reactivación. Con 12 millones de parados, una recesión récord e inflación fuera de control, el presidente Michel Temer debe también administrar la fragmentación de […]
Dirigentes Digital
| 01 sep 2016
El principal desafío del nuevo Gobierno de Brasil es frenar la caída de la economía, una de las principales razones que llevaron a la destitución de Dilma Rousseff, e iniciar su reactivación. Con 12 millones de parados, una recesión récord e inflación fuera de control, el presidente Michel Temer debe también administrar la fragmentación de fuerzas parlamentarias.
El menú del nuevo Gobierno incluye ajuste fiscal, reforma del sistema de pensiones y la concesión de obras de infraestructura. Nada más asumir el cargo, Temer viajó a China para intentar transformar en acuerdos el interés asiático en esta nueva etapa que comienza en Brasil. Además de la cumbre del G20, su agenda prevé también un viaje a Nueva York (en septiembre, a la ONU), a India (en octubre, Cumbre de los Brics) y a Colombia (octubre, Cumbre Iberoamericana).
El énfasis en esos viajes estará en atraer inversiones y "revelar al mundo que tenemos estabilidad política y seguridad jurídica", dijo el político a sus ministros.
La caída
La caída de las inversiones cumplió diez trimestres seguidos el pasado mes de marzo y retrocedió 4,9% tan sólo en el último trimestre de 2015, según datos oficiales. Entre abril y junio de este año, la contracción del PIB iba por su sexto trimestre consecutivo, aunque entonces la inversión creció por primera vez desde 2013.
Ahora, consumada la destitución de Rousseff, el nuevo mandatario, aún con un cuadro político inestable, pone sus esfuerzos en la economía. Más allá de los objetivos, la recesión continuará al menos hasta 2017, según la OCDE, que estima un retroceso del 4,3% en 2016 y del 1,7% el año próximo.
El cálculo de la organización se basa en el aumento del déficit fiscal (más del 10% del PIB) y en la depreciación de la moneda local (más del 20%) frente al dólar.
Ajuste Fiscal
En plena caída de la economía, Temer apuesta por una reforma fiscal y para ello pidió en agosto a sus diputados la aprobación de un techo de gasto público y la renegociación de la deuda federal. En la fórmula, un tema central es la caja de las pensiones. Para ello, los equipos trabajan en un proyecto de jubilación de 65 y 62 años para hombres y mujeres, respectivamente, que se ampliará a 70 años.
La intención es frenar la sangría de 52.000 millones de dólares que la previsión social contempla en 2016. Con una reforma rápida, el Tesoro estima que el déficit de 2017 podrá caer a 45.000 millones.
Infraestructura
El plan para reactivar la economía también contempla la concesión de proyectos de infraestructuras, que estarían apalabrados por Temer desde hace meses antes de confirmarse en el cargo. Los beneficiados serían empresas de las dos potencias que tienen gran interés en pisar fuerte en el país sudamericano: Estados Unidos y China.
El Gobierno ahora ha confirmado que viene preparando el programa Crescer, que prevé una inversión de 60.000 millones de dólares para aeropuertos, rutas, ferrovías, puertos y logística. "Ya firmamos un memorándum en infraestructuras y nuestros grupos saben qué hacer", dijo en junio Kenneth Hyatt, del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
El brasileño Daniel Godinho, del Ministerio de Industria, coincidió: "la única salida en el corto plazo es el comercio exterior y las infraestructuras".
Logística
Otro plan es la ejecución del Programa de Inversión en Logística (PIL), anunciado por Rousseff en 2015, que prevé 64.000 millones de dólares para transporte. Ese programa destinaría 26.000 millones para el sector ferroviario, incluyendo una línea Brasil-Perú en la que ya mostró interés la CRCC (Chinese Railway Construction Company).
El premier chino Li Keqiang firmó un documento para que China apoye a Brasil con inversiones y conocimiento a cambio de que firmas chinas participen de las licitaciones. La obra, valorada en 9.940 millones de dólares, comenzaría en Río de Janeiro y atravesaría seis estados brasileños a través de 4.400 kilómetros hasta llegar al puerto de Ilo, en Perú.
También habrá licitaciones para carreteras (20.000 millones de dólares), puertos (11.300 millones) y aeropuertos (2.575 millones), todas dentro del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC).
Proyección
El inicio de ese camino que se plantea el nuevo Gobierno comenzó con la primera medida del Banco Central, este 1 de septiembre, de mantener el tipo de interés básico en 14,25% al año.
El Comité de Política Monetaria condicionó una eventual reducción del interés a una caída de la inflación y a la continuidad del ajuste fiscal propuesto por el Gobierno. En el cargo de máximo responsable de Hacienda está Henrique Meirelles, el expresidente del Banco Central de Lula da Silva.