Era prácticamente una apuesta segura que no se iba a producir una subida de tipos este de septiembre. El cometido de esta reunión era en realidad trazar el escenario para un incremento en diciembre y que pasará después de ello. El hecho de que tres votantes hayan disentido es interesante y es bastante claro en […]
Dirigentes Digital
| 22 sep 2016
Era prácticamente una apuesta segura que no se iba a producir una subida de tipos este de septiembre. El cometido de esta reunión era en realidad trazar el escenario para un incremento en diciembre y que pasará después de ello. El hecho de que tres votantes hayan disentido es interesante y es bastante claro en el mapa de puntos que la Fed planea subir los tipos el último mes del año si la situación se mantiene.
Sin embargo, este movimiento no es inevitable. Ya hemos estado antes en la situación en la que la Fed ha cargado sus armas solo para disparar en el último minuto. Entre ahora y diciembre están las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Esto podría generar mucha volatilidad en el mercado y disuadir a la Fed. La simple expectativa de una subida de tipos podría ser suficiente para desencadenar ventas en el mercado que le lleven a congelar sus planes en un círculo vicioso.
Lo que hoy no se ha abordado son las principales cuestiones a las que se enfrenta la Fed. Los legisladores están comprendiendo poco a poco que la estructura de la economía está cambiando y esto significa que las así llamadas políticas no convencionales de los últimos años se van a convertir en una parte muy importante dentro de las herramientas estándar a disposición de los bancos en el futuro. Esto tiene implicaciones mucho más importantes que el momento exacto en que se produzca la próxima subida de tipos ya que supone que el Banco de Japón y la Fed tendrán que encontrar maneras más imaginativas para intentar estimular la economía.
Luke Bartholomew, gestor de inversiones en Aberdeen AM.