Mientras que las economías avanzadas apuntalan el crecimiento, por el lado de las economías emergentes, el panorama es distinto. En China y Latinoamérica, la desaceleración económica ha ido ganando espacio. El crecimiento de la primera, en particular, se ha ido moderando debido al ajuste en el mercado inmobiliario, la apreciación de la moneda doméstica, y […]
Dirigentes Digital
| 08 jun 2015
Mientras que las economías avanzadas apuntalan el crecimiento, por el lado de las economías emergentes, el panorama es distinto. En China y Latinoamérica, la desaceleración económica ha ido ganando espacio. El crecimiento de la primera, en particular, se ha ido moderando debido al ajuste en el mercado inmobiliario, la apreciación de la moneda doméstica, y los efectos de la consolidación fiscal de los gobiernos locales, según destacan desde BBVA Research.
En el segundo ‘combo’, Latinoamérica, destaca Perú. El economista de Citibank, Esteban Tamayo, señala que si compara Perú con otras economías de la región, "la peruana será, probablemente, la segunda en crecimiento, con 2,8%". Pero, aunque esta cifra parezca buena en relación al resto de países de la región, el dato no deja de ser un mazazo para el país ya que la entidad había previsto con anterioridad un crecimiento del 3,2% para 2015.
Necesidad de infraestructuras
Uno de los factores que puede frenar la expansión de su economía es la carencia de infraestructuras. Rosa Ana Balcázar, directora senior de Asuntos Públicos de Llorente y Cuenca en Perú, señala que "según cifras de la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN), entre el 2005 y el 2013 se comprometió inversión por más de 15.000 millones de dólares, de la cual poco más del 50% ha sido ejecutada a la fecha".
Además la experta indica que sólo en el año 2014, ProInversión adjudicó al sector privado, en la modalidad de Asociaciones Público-Privadas (APP), más 10.000 millones de dólares en proyectos de infraestructura, los que se suman a los 15.000 millones de los ocho años previos.
Entre las dificultades que impiden que este tipo de inversiones se lleven a cabo, Balcázar destaca las cuatro más críticas: defectuosos diseños de los contratos de concesión; informalidad en la titularidad de los predios, expropiaciones e interferencias; estudios de impacto ambiental (EIA) y, por último, permisos de gobiernos regionales y locales.