Últimamente estamos viendo a los mercados preocupados por el repunte de la rentabilidad de la renta fija americana, es decir, de los bonos de la mayor economía del mundo. Cualquiera podría pensar lo positivo que es que se incremente la rentabilidad de los bonos, ya que solemos interpretar la palabra ‘incremento’ con algo bueno. ¿Pero […]
Dirigentes Digital
| 19 jun 2015
Últimamente estamos viendo a los mercados preocupados por el repunte de la rentabilidad de la renta fija americana, es decir, de los bonos de la mayor economía del mundo.
Cualquiera podría pensar lo positivo que es que se incremente la rentabilidad de los bonos, ya que solemos interpretar la palabra ‘incremento’ con algo bueno. ¿Pero es así en realidad? ¿A quién beneficia y a quién perjudica esta situación?
Antes de nada, expliquemos la relación inversa que existe entre el precio de un bono y su rentabilidad:
Pongamos como ejemplo al inversor A, que compró en su momento un bono de Telefónica que le ofrecía un cupón del 5% anual.
Si hoy Telefónica emite un bono muy similar (mismas garantías, mismo vencimiento, etc…) con un cupón del 8%, el precio del bono del inversor A descenderá.
¿Por qué? Porque si ahora un inversor B quiere adquirir bonos de Telefónica, prefiere comprar el nuevo bono (el del 8%) en vez de uno cuyo cupón sea del 5%. ¿Quién va a querer recibir un cupón del 5% en vez de uno del 8%?
Por lo tanto, si el inversor A quisiera vender su bono lo deberá hacer a un menor precio que compensara la diferencia entre recibir un cupón al 5% o hacerlo a un interés más atractivo, en este caso del 8%.
Lo que está sucediendo en estos momentos es que al estar aumentando las rentabilidades de los bonos (la TIR o Tasa Interna de Retorno, como se dice en el argot), los precios están disminuyendo.
El aumento de la rentabilidad del bono a diez años del Tesoro americano se debe a que el mercado está descontando que la Reserva Federal subirá los tipos de interés en los próximos meses.
La TIR del bono americano a diez años cotiza en estos momentos en el 2,27% anual, lo que dista mucho del mínimo que tocó en enero, cuando se situaba en el 1,64%. Sin embargo, la media de los últimos 50 años es del 6,47%, por lo que a pesar de haber subido últimamente todavía se encuentra en niveles históricamente bajos.
¿A quién afecta este incremento de la rentabilidad?
Afecta negativamente a los que ya tienen bonos americanos, ya que como hemos dicho esto acarrea una caída de su precio. Es por ello que estos días también está cayendo la valoración de los fondos de inversión de renta fija americana.
También afectará a Estados Unidos en sí, ya que si ahora quiere emitir nueva deuda deberá remunerar a los compradores a un tipo mayor cercano al 2,32%, que es la rentabilidad a la que cotiza en el mercado secundario.
Los que están de enhorabuena son precisamente los inversores que no tuvieran bonos y que vayan a comprar esa deuda ahora, ya que la rentabilidad que obtendrán es superior hoy día que lo que era hace unas semanas.
En último lugar, esta situación termina por afectar a las acciones de empresas americanas, es decir, a las bolsas de Wall Street. Esto es así por dos motivos. En primer lugar porque muchos inversores en bolsa venden sus acciones porque ahora prefieren invertir en deuda pública, que tiene menos riesgo (rating AA+ por parte de las agencias de calificación) y ofrece una rentabilidad cada vez más atractiva.
En segundo lugar, y ante la subida de las rentabilidades de la renta fija, las empresas tendrán más costes financieros, ya que si emiten deuda deberán remunerar a sus bonistas a un tipo superior al que lo hacían antes.
Además de en el precio de los bonos, si la Reserva Federal sube finalmente los tipos, las consecuencias también afectarán a los tipos de interés que pagan los americanos por las hipotecas, que subirán. Al igual que en España, allí la mayoría de préstamos hipotecarios tienen un tipo fijo y uno variable, que depende del tipo interbancario (en España se utiliza el Euribor). Este tipo variable está muy ligado a los tipos de interés de referencia que fijan los bancos centrales como la Reserva Federal en Estados Unidos o el BCE en la zona euro.
Felipe López-Gálvez es analista de Self Bank.