A cierre de febrero, la deuda soberana con yields negativas ascendía a 8,6 billones de dólares, frente a los 9,1 billones con los que el mercado de renta fija ponía punto y final a un 2016, en el que las rentabilidades ‘bajo cero’ llegaron a ver los 12 billones de dólares en junio, justo después […]
Dirigentes Digital
| 08 mar 2017
A cierre de febrero, la deuda soberana con yields negativas ascendía a 8,6 billones de dólares, frente a los 9,1 billones con los que el mercado de renta fija ponía punto y final a un 2016, en el que las rentabilidades ‘bajo cero’ llegaron a ver los 12 billones de dólares en junio, justo después del Brexit… Y justo al inicio también de la remontada en los datos y perspectivas de inflación, especialmente en Estados Unidos, pero también en el resto del planeta. A la que ha seguido una mejora de las previsiones macro en general y una escalada, también más destacada al otro lado del Atlántico, de los activos de riesgo. Sin embargo, la agencia de calificación crediticia Fitch se muestra cauta y recuerda que las yields de mucho papel europeo siguen negativas. “Los inversores en renta fija soberana a corto plazo se enfrentan a importantes retos cuando intentan preservar su capital sin asumir riesgos incrementales. A pesar de las mayores rentabilidades a largo plazo, los tipos a corto han permanecido bajos también en lo que llevamos de 2017”, recuerda la firma. Y es que, por ejemplo, las yields de los bonos a dos años se sitúan entre 50 y 100 puntos negativos en Alemania, Bélgica, Países Bajos, Austria, Finlandia y Suiza. Mientras, la deuda soberana con rentabilidades negativas y vencimientos superiores a siete años se ha reducido con fuerza hasta los 0,5 billones, frente a los 2,6 billones que alcanzó a mediados de 2016. Solamente Japón, Alemania, Dinamarca y Suiza tienen emisiones por debajo de cero con un horizonte temporal mayor, en junio eran 10 países. “Los indicadores de crecimiento más fuertes de lo esperado y el aumento de la inflación en la Zona Euro en general probablemente han contribuido a incremento de las yields a más plazo. De hecho, el diez años germano ha pasado de un mínimo récord cercano a -0,2% en julio, a superar el 0,2% en lo que va de 2017”, destacan estos expertos. Con todo, reconocen que las rentabilidades “permanecen muy por debajo de los promedios históricos”. Así, para los inversores que apuestan por estrategias de ‘comprar y mantener’, al vencer “los bonos reinvertirán a un cupón más bajo, reduciendo el valor de sus inversiones”.
Mientras, en Estados Unidos…
Al mismo tiempo, al otro lado del Atlántico la rentabilidad del bono a 10 años escaló desde el 1,8% previo a la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos (noviembre) al 2,4% en diciembre. Desde entonces, no obstante, apenas ha repuntado hasta el 2,5% actual.
Si bien, el mercado sigue esperando una Reserva Federal (Fed) más ‘dura’, Capital Economics señala que esta relativa “tranquilidad” puede deberse a que “ha habido señales de que el estímulo fiscal de la nueva Administración podría demorarse y ser menor de lo inicialmente previsto”.
Sin embargo, estos expertos creen que la autoridad monetaria norteamericana incrementará los tipos más de lo que se descuenta. Por otra parte, creen que, a pesar de que las yields seguirán muy reducidas en el resto del mundo, la demanda de papel americano descenderá: “Después de todo, el exceso de ahorro en los emergentes se ha agotado y el banco central ya no agrega tenencias de bonos del Tesoro. Al tiempo que la oferta de éste, debería incrementarse para hacer frente a las medidas prometidas por Trump”.