Tras el peor inicio de año que se recuerda y con la mayoría de los principales índices bursátiles europeos en territorio bajista tras haber cedido más del 20% desde su último máximo, las Bolsas occidentales afronta una semana muy importante, que podría definir su tendencia en el corto/medio plazo. Así, los dos principales factores que […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Tras el peor inicio de año que se recuerda y con la mayoría de los principales índices bursátiles europeos en territorio bajista tras haber cedido más del 20% desde su último máximo, las Bolsas occidentales afronta una semana muy importante, que podría definir su tendencia en el corto/medio plazo. Así, los dos principales factores que vienen penalizando su comportamiento desde hace semanas: i) la ralentización del crecimiento económico de China producto, en gran medida, del intento de las autoridades del país de cambiar el modelo económico desde uno basado en la industria y las exportaciones a uno basado en la demanda interna, y ii) el desplome del precio del crudo, seguirán en el punto de mira de unos inversores que temen que las economías desarrolladas no sean capaces de seguir recuperándose en un entorno global de bajo crecimiento y que piensan que los bancos centrales han agotado su arsenal para poder impedir este hecho. Para más inri, hay que destacar que el levantamiento de las sanciones económicas a Irán, aprobado este fin de semana, pondrá en el mercado de forma inmediata unos 500.000 nuevos barriles de crudo al día, lo que ya el viernes provocó una nueva caída de esta variable, caída que se ha prolongado esta madrugada en las bolsas asiáticas (el barril ha llegado a ceder más del 4%, cotizando por debajo de los 28 dólares, su nivel más bajo desde 2003) y que tensará nuevamente los mercados de renta variable europeos cuando abran esta mañana.
Como ya hemos repetido en algunas ocasiones, el desplome del precio del crudo, siendo positivo para los países importadores al ejercer de palanca para el consumo privado, tiene dos derivadas muy negativas, que son las que están valorando los inversores: i) las balanzas fiscales de los países productores están viéndose muy negativamente afectadas, limitando su capacidad de comprar productos a los países desarrollados y con el riesgo de que algunos de estos países deshagan posiciones de sus fondos soberanos, algo que parece podría estar ya ocurriendo; además, podrían aflorar importantes tensiones internas con el consiguiente riesgo geopolítico que ello conlleva en regiones como Oriente Próximo o la misma Rusia; y ii) la posible quiebra en cadena de los productores de gas y petróleo de esquisto en Norteamérica, algo que ya están teniendo en cuenta los grandes bancos estadounidenses como anunciaron el viernes tanto el Citigroup como Wells Fargo, cuando presentaron sus cuentas (están empezando a dotar provisiones para cubrir futuras pérdidas por impago); este hecho ha tensionado el mercado de bonos de alto rendimiento estadounidense, en el que cerca del 20% de los mismos corresponden a empresas del sector del gas y petróleo de esquisto.
Ante este panorama es complicado encontrar factores que podrían cambiar la tendencia bajista que han adoptado las bolsas en las últimas semanas. La temporada de presentación de resultados empresariales, que esta semana coge ritmo en Wall Street, podría ser ejercer de catalizador, siempre y cuando las compañías superen lo esperado por los analistas y se muestren positivas respecto al devenir de sus negocios. Así, en los próximos días compañías de la relevancia de Bank of America, Morgan Stanley, IBM (todas ellas el martes); Goldman Sachs (miércoles); American Express, Verizon, Schlumberger (jueves); y General Electric (viernes) darán a conocer sus cifras. Si estas baten estimaciones y muestran solidez, el elevado nivel de sobreventa que presentan muchos valores y las valoraciones de muchos otros, que comienzan a ser ya atractivas, podrían facilitar un rebote importante de las bolsas. Por el contrario, una "pobre" temporada de resultados entendemos que aceleraría la corrección en las bolsas, siendo factible que se llegue a la fase de capitulación, en la que muchos inversores optan por deshacer posiciones para evitar males mayores.
Pero en esta semana, además de las mencionadas presentaciones de resultados trimestrales empresariales, se conocerán importantes cifras macroeconómicas que servirán a los inversores para hacerse una mejor idea del momento por el que atraviesan las distintas economías. Así, mañana las Bolsas europeas "desayunarán" con la publicación en China de una importante batería de cifras: el PIB de 2015; las ventas minoristas y la producción industrial de diciembre. Estas cifras son un "arma de doble filo". Unos buenos datos servirían para tranquilizar los ánimos. Por el contrario, unas cifras por debajo de lo esperado volverían a hacer "saltar todas las alarmas". Además, a lo largo de la semana se irán dando a conocer otros indicadores importantes tanto en Europa como en Estados Unidos, que iremos comentando a lo largo de los próximos días. No obstante, destacaríamos la publicación el viernes de la lectura preliminar de enero los índices adelantados de actividad de los sectores de servicios y manufacturas en la Zona Euro y de manufacturas al otro lado del Atlántico. Estos indicadores suelen ser tenidos muy en cuenta por los inversores dada la información que ofrecen sobre el estado real de las distintas economías.
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