Hace apenas un par de semanas, el CBOE Skew Index, también conocido como el índice de los "cisnes negros" marcaba máximos históricos (sobre una base de datos de 25 años). ¿Por qué apuestan los traders por un evento "atípico" que podría en un periodo de 30 días? Es cierto, que estadística e históricamente, octubre es […]
Dirigentes Digital
| 27 oct 2015
Hace apenas un par de semanas, el CBOE Skew Index, también conocido como el índice de los "cisnes negros" marcaba máximos históricos (sobre una base de datos de 25 años). ¿Por qué apuestan los traders por un evento "atípico" que podría en un periodo de 30 días? Es cierto, que estadística e históricamente, octubre es uno de los peores meses para la renta variable (aunque este 2015 esté siendo "la excepción que confirma la norma"), pero también lo es que gran parte de los problemas que cristalizaron en el "lunes negro" del pasado agosto no se han solucionado.
Las bajas probabilidades de que la Reserva Federal (Fed) lleve a cabo la primera subida de tipos de interés en casi una década, y el decidido tono dovish de Banco Central Europeo (BCE), Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) y People’s Bank of China (PBoC) "soportan" el apetito por el riesgo, pero, al mismo tiempo, enmascaran una situación que se ha tornado decididamente complicada.
Y es que, durante el tercer trimestre la economía China creció a su ritmo más bajo desde la crisis financiera (6,8%) y, aunque las autoridades del gigante asiático cuentan con espacio suficiente para implementar políticas que eviten (quizá) un "aterrizaje forzoso", el peligro sigue ahí. "El profundo cambio económico que afronta el país al pasar de una economía basada en la inversión en infraestructuras y en las exportaciones a una sustentada por el consumo privado, va a ser complejo y nada fácil de manejar", afirman los expertos de Link Securities.
Al mismo tiempo, aunque nos quedemos simplemente con la idea de una "ralentización", esta pérdida de momentum ha supuesto la "puntilla" para unas materias primas y unos emergentes ya en caída libre. A vueltas con el exceso de oferta y la debilidad de la demanda, riesgos que se han visto exacerbados por el debilitamiento de las perspectivas de crecimiento globales, las commodities no encuentran un suelo, y arrastran consigo a los países productores, como Rusia o Brasil, que, al mismo tiempo, padecen importantes problemas domésticos (recesión, política, deuda…).
Recordemos que Goldman Sachs o el economista jefe del Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) han descrito la "crisis de los emergentes" como la tercera etapa de la "trilogía de la crisis" que comenzó con las subprime en los países anglosajones y continúo con la crisis de deuda de la Zona Euro.
Por otra parte, aunque las expectativas de un incremento del precio del dinero por parte de la Fed se han reducido a la mínima expresión, debemos tener en cuenta que, más pronto que tarde, la autoridad monetaria estadounidense (sobre todo si atiende a la economía doméstica) deberá dar ese paso; asimismo, no podemos olvidar que su cautela responde a la inestabilidad que ha observado en los mercados financieros y al debilitamiento de las perspectivas, algo que, en cualquier caso, no es positivo para los mercados de renta variable.
"A medio plazo, para que las subidas en Bolsa sean consistentes éstas deberán venir de la mano de una mejoría en la economía, que se traduzca en un impulso de los resultados de las empresas cotizadas, mientras que la situación actual, con unas economías occidentales, especialmente las europeas, que parece no acaban de arrancar con consistencia, y con una dependencia absoluta de los mercados de la liquidez procedente de los bancos centrales, no puede ser buena a largo plazo", explican desde Link.
Y mientras el BCE se prepara para ampliar su programa de compras de deuda (QE) tan pronto como en diciembre, tampoco podemos olvidar que la inflación en la región no termina de dar las "señales de vida" necesarias para que la economía sea saludable (igual que en Japón), que España se enfrenta a finales de año a unas elecciones generales que incrementarán la prima de riesgo político en la región, mientras que la crisis griega (en silencio por el momento) está lejos de haberse resuelto.
"Parece probable que Draghi quiera forzar la política monetaria hasta el extremo para que los gobiernos realmente se vean forzados a actuar en reformas y fiscalidad, que es lo realmente necesario para que el ciclo expansivo se consolide y continúe. Pero mientras eso no suceda, los beneficios empresariales no mejorarán demasiado y conviene seguir siendo cautos con las Bolsas", advierte Bankinter.