Es cierto que los depósitos bancarios han perdido su atractivo de cara a los inversores que buscan un extra de rentabilidad a su dinero. Aún así, aún hay muchos que prefieren obtener menores rendimientos, incluso inferiores al 1%, a cambio de la seguridad de estos productos respaldados por el Fondo de Garantía de Depósitos hasta […]
Dirigentes Digital
| 18 jul 2014
Es cierto que los depósitos bancarios han perdido su atractivo de cara a los inversores que buscan un extra de rentabilidad a su dinero. Aún así, aún hay muchos que prefieren obtener menores rendimientos, incluso inferiores al 1%, a cambio de la seguridad de estos productos respaldados por el Fondo de Garantía de Depósitos hasta los 100.000 euros.
En este escenario, los expertos de iAhorro han elaborado una guía con los diferentes tipos de depósitos bancarios en función del capital ahorrado, lo que queramos hacer con el dinero o el tiempo que pensamos tenerlo inmovilizado. A través de su comparador de depósitos, la firma ha encontrado estos tipos que están comercializando actualmente las entidades financieras.
1. Depósitos bancarios a la vista
Es el tipo de depósito más flexible, también denominado cuenta remunerada. Es el producto más líquido, que podremos retirar una parte del dinero o su totalidad sin ningún tipo de penalización. Suelen contratarse a través de Internet, ofrecen algunos beneficios y, en algunos casos, podremos beneficiarnos de un pequeño porcentaje a modo de devolución de los recibos domiciliados (si bien la mayoría no permiten domiciliar ni nómina ni recibos).
2. Depósitos bancarios a plazo
Son depósitos en los cuales nuestro dinero permanecerá durante un tiempo establecido por contrato. El banco rentabilizará nuestro dinero con un interés de tipo fijo pactado en el contrato, abonando los intereses de manera mensual, trimestral, semestral, anual o al vencimiento del contrato.
3. Depósitos regalo
La denominación puede llevar a engaño, ya que no regalan nada. A cambio de tener el dinero depositado en el banco, la entidad financiera nos remunera con un televisor, una vajilla o cualquier otro bien de consumo del hogar. Se considera una remuneración en especie, el interés en forma de "regalo". Hay que analizar la TAE del producto, no dejarse llevar por las ganas de tener lo que nos ofrecen, que podríamos comprar depositando el dinero en un depósito a plazo normal y después comprándolo con los intereses ganados.
4. Depósitos con ventajas fiscales
A partir de enero de 2015 aparece un nuevo tipo de depósito bancario, cuyos intereses están exentos de tributar en el IRPF: los CIALP o Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo. Los conocidos como Plan Ahorra a 5 años, un limite de ahorro anual de 5.000 euros y que solo puede contratar uno cada contribuyente.
5. Interés variable
Depósitos cuyo interés varía en función de un determinado índice, normalmente el euribor. No conocemos los intereses que finalmente recibiremos, que depende de la evolución de la referencia más o menos el diferencial que el banco nos ofrezca.
6. Depósitos estructurados
Es un producto que solo se debería contratar si tenemos conocimientos financieros suficientes, ya que su funcionamiento es bastante peculiar; nos ofrece un tipo fijo, que se nos paga en función de la evolución de un índice (depósitos indexados), de valor de una cesta de acciones u otro tipo de activos. Dado que la rentabilidad depende de un escenario futuro, debemos ser capaces de analizar su posible evolución. No confundir con los bonos estructurados, cuyo funcionamiento es idéntico pero la solvencia menor, al no tener los segundos la garantía del FGD, sino solo del banco emisor.