La búsqueda de rentas y de alternativas ante un entorno de débil crecimiento que puede retrasar la mejora en los resultados empresariales ha disparado el nivel de recompra de acciones en mercados como Wall Street. Una tendencia, la de reducir el número de títulos en circulación, que ahora se extiende al mercado nipón. Especialmente tras […]
Dirigentes Digital
| 08 abr 2015
La búsqueda de rentas y de alternativas ante un entorno de débil crecimiento que puede retrasar la mejora en los resultados empresariales ha disparado el nivel de recompra de acciones en mercados como Wall Street. Una tendencia, la de reducir el número de títulos en circulación, que ahora se extiende al mercado nipón. Especialmente tras el lanzamiento del JPXNKY 400, un índice que tiene en cuenta la rentabilidad sobre recursos propios de las empresas que lo componen.
Jacques Henry recuerda que desde el pasado mes de diciembre, al menos 79 compañías japonesas han anunciado programas de recompra de acciones, conscientes de la importancia de devolver parte de los beneficios a los accionistas cuando las oportunidades de inversión "se han vuelto insuficientemente atractivas o la liquidez en el balance está sobredimensionada respecto a necesidades de gestión corriente". Según explica el experto, "es previsible que la tendencia continúe en 2015, constituyendo un tema atractivo para el inversor en renta variable japonesa".
En la búsqueda de alternativas de inversión, el estratega de acciones japonesas de Pictet WM, describe una diferencia clara entre las estrategias de dividendo y las de recompras de acciones. A su juicio, la primera "sirve de indicador de confianza sobre la continuidad de la empresa, y por lo general los inversores están dispuestos a pagar una prima por las empresas que incrementan periódicamente su reparto de dividendos". Sin embargo, recuerda que los dividendos tributan al tipo impositivo marginal para personas jurídicas y físicas.
En este sentido, Henry explica que la recompra de acciones "mejora los beneficios por acción y la rentabilidad de los recursos propios, una motivación suplementaria, ahora que el crecimiento de los beneficios empresariales tiende más bien a desacelerarse".
Otra ventaja, a su juicio, es su gran flexibilidad. "Un recorte de dividendos constituye una mala noticia, pero la suspensión de un programa de recompra de acciones no suele ser sancionado por los inversores".
El potencial del mercado nipón
Tras el boom de este tipo de operaciones en Europa o EEUU (con 414 compañías del índice S&P 500 que han comprado acciones propias en 12 meses), el potencial de las firmas japonesas en este sentido es enorme. Tal y como explican desde Pictet WM, "desde hace tres años, estos movimientos apenas suponen el 0,6% de la capitalización bursátil, el ratio más bajo de todos los mercados de renta variable desarrollada".
Eso sí. Aquellas que recompraron acciones propias han tendido a generar mayor rentabilidad que los índices locales desde 2009 (salvo el año alcista de 2013), "pues es una forma natural de incrementar la rentabilidad actual de los recursos propios, en torno a 9,5% en Japón, frente a 10,5% en Europa y 14,5% en EEUU".