El caso de la enfermera española con ébola, el primer contagio en territorio occidental, ha encendido las alarmas de las potencias mundiales. El riesgo de que el virus se propague a escala internacional, ha provocado que el mismo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la considere una prioridad de seguridad nacional. El mandatario en un encendido discurso denunció la falta de compromiso de la comunidad internacional para combatir la enfermedad que se ha cobrado 3.500 vidas y ha afectado a más de 7.000 personas.
Obama anunció el envío de más de 3.000 militares a la zona de África afectada. De momento, han llegado 300 a Liberia. Además, de pedir un esfuerzo al resto de países para unirse a la iniciativa.
El primero en responder a la llamada ha sido Reino Unido que ha anunciado la movilización de 750 militares, tres helicóptero y un barco a Sierra Leona. Al igual que las tropas estadounidenses, desarrollarán funciones logísticas con la construcción de hospitales y dar apoyo formativo a los sanitarios locales.
En Estados Unidos,
el ébola ha matado a la primera víctima, un ciudadano liberiano que contrajo la enfermedad en África y ha sido tratado en un hospital de Dallas. Ambos países han tomado medidas de seguridad en sus aeropuertos , aunque ambos gobiernos declaran oficialmente que el riesgo de contagio es bajo.
El Banco Mundial ha presentado un informe en el que calcula el posible efecto económico de que el brote, ahora concentrado en Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry, se extienda a otros países de África Occidental, y que asciende a 32,000 millones de dólares para finales de 2015.