La fuerte caída en los precios del petróleo, que se han reducido a menos de la mitad desde el verano pasado, y la bajada en los precios de los alimentos, están detrás de estas previsiones. Sin embargo, tal y como explican los expertos de JP Morgan Asset Management en su último Market Insight, esta presión […]
Dirigentes Digital
| 16 feb 2015
La fuerte caída en los precios del petróleo, que se han reducido a menos de la mitad desde el verano pasado, y la bajada en los precios de los alimentos, están detrás de estas previsiones.
Sin embargo, tal y como explican los expertos de JP Morgan Asset Management en su último Market Insight, esta presión deflacionista ya se ve como transitoria. Y recuerdan que el organismo ya sugirió que la inflación subiría hacia finales de año "y los mercados se han adelantado trasladando las expectativas de primeras subidas de tipos de interés hasta finales de 2016".
De hecho, las previsiones del BdI incorporan su visión de que los precios de alimentos y petróleo deberían impulsar significativamente el consumo, aumentar el crecimiento en los próximos meses de la economía en Reino Unido e incrementar los niveles del IPC.
En este contexto, hay que tener claro que el Banco de Inglaterra ha ido siempre por delante del Banco Central Europeo (BCE). Las nuevas decisiones apuntan a que subirá los tipos de interés, dependiendo en gran parte de lo que haga la Fed.
Según ha comunicado Martin Weale, miembro del consejo del banco central británico, "el Banco de Inglaterra tendrá que empezar a subir los tipos de interés antes de lo que los inversores esperan mientras la inflación se recupera de los actuales bajos niveles". Weale afirma que el Banco de Inglaterra esperaba que la inflación supere su objetivo del 2% a mediados de 2017 y que habría que aumentar los tipos de interés de forma gradual como respuesta a ello.
El organismo monetario ha mantenido los tipos a un nivel récord del 0,5% desde que estalló la crisis financiera. Los inversores creen que los tipos podrían mantenerse en este nivel durante otro año, debido a la baja inflación, incluso aunque la economía se encuentre en su momento de mayor crecimiento en casi una década.
En Inglaterra, la tasa de inflación de diciembre fue del 0,5%, lo que la situó en la más baja en más de 14 años. Los expertos consideran que la ausencia de presiones inflacionistas podrían mantener los tipos en mínimos durante más tiempo del esperado, aunque advierten que los inversores deben estar preparados para una primera subida en las tasas de interés si los datos macroeconómicos acompañan esta decisión.
En contraste con el BCE, el Banco de Inglaterra presenta una mejor situación, lo que determina el porqué de su independencia del BCE y de su cada vez mayor influencia desde la Fed.
Según el último boletín económico publicado por el BCE, la inflación de la zona euro se redujo en diciembre, hasta situarse en el -0,2%. A pesar de esto, las perspectivas de inflación a corto plazo siguen siendo débiles y es probable que la inflación interanual medida se mantenga en niveles muy reducidos o negativos en los próximos meses.
Desde el BCE, se esperan que las tasas de inflación se eleven gradualmente más adelante en 2015, así como en 2016, con el apoyo de las medidas de política monetaria que se van a llevar a cabo, de la recuperación económica y del aumento en el futuro de los precios del petróleo.