Renzi alcanzó el poder con la promesa de romper con la austeridad y ganar el pulso a Berlín. Y ha dado un paso al frente después de aceptar dolorosas reformas. Por un lado, ha sacado adelante un presupuesto para 2016 que supone un desafío a Bruselas en toda regla. Lleva una rebaja de impuestos y […]
Dirigentes Digital
| 23 dic 2015
Renzi alcanzó el poder con la promesa de romper con la austeridad y ganar el pulso a Berlín. Y ha dado un paso al frente después de aceptar dolorosas reformas. Por un lado, ha sacado adelante un presupuesto para 2016 que supone un desafío a Bruselas en toda regla. Lleva una rebaja de impuestos y medidas anti austeridad por valor de 35.000 millones que descabalgan el compromiso de Italia de alcanzar el 1,8%.
Las cuentas de Matteo Renzi presentan un aumento del déficit público hasta el 2,4%, un total de 17.600 millones de euros. Italia juega con la posibilidad de incluir los gastos de 3.400 millones en materia de inmigración y otros 3.100 millones en seguridad.
Pero el desafío no ha quedado aquí, también lo ha públicamente en una entrevista en Financial Times, culpando directamente a Berlín de que alza de los populismos en Europa son consecuencia de los defensores de la austeridad. Renzi ha lanzado un mensaje para que en Bruselas se sea más flexible si no se quiere que pase como en Grecia y Portugal. La entrevista la abre hablando de las elecciones de España, "no sé lo que va a ocurrir con mi amigo Mariano, pero lo que sé es que aquellos que han estado en la primera línea y son fieles aliados de la política de austeridad sin crecimiento, han perdido su trabajo". Y ha añadido que "Europa tiene que servir a los 28 países, no sólo uno", en referencia a Alemania.