El consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, ha levantado la polémica esta semana al reflexionar sobre el futuro de la banca ante el reto tecnológico. Manifestó en un foro sobre fintech que a "largo plazo, dentro de muchos años", a la entidad le sobrarán el 75% de la actual red de oficinas en España.Supone que […]
Dirigentes Digital
| 08 abr 2016
El consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, ha levantado la polémica esta semana al reflexionar sobre el futuro de la banca ante el reto tecnológico. Manifestó en un foro sobre fintech que a "largo plazo, dentro de muchos años", a la entidad le sobrarán el 75% de la actual red de oficinas en España.Supone que el banco se quedará sólo con 1.000 oficinas de las 3.800 con las que cuenta actualmente. Un ajuste brutal que supondría cientos de despidos. Su previsión levantó una gran polvareda mediática, aunque en su intervención dejó claro que su previsión no significa que la entidad estudie un plan de ajuste, sino una mera hipótesis por el impacto que va a suponer la revolución digital en el sector bancario.
El tremendismo de las declaraciones sigue la misma línea que defiende su presidente, Francisco González, que augura que a medio plazo desaparecerán la mitad de los bancos del mundo por la transformación que está viviendo el sector financiero provocado por las nuevas tecnologías. El banco es el primero en apostar a una carta por la digitalización. Algo que la competencia contempla pero con matices.
El otro gran banco español, Santander, también tiene como prioritaria la transformación digital, pero sin descuidar los canales físicos, convencido de que el futuro del sector pasa por la vinculación del cliente. Desde que tomara las riendas Ana Botín, el banco ha dado un giro estratégico, ralentizando su crecimiento mundial a través de compras, por un crecimiento orgánico gracias a un aumento de eficiencia. El último paso ha sido anunciar el cierre de 450 oficinas en España que implicará la reducción de 1.600 trabajadores.
En plena fiebre digital, CaixaBank, que posee la mayor red de oficinas en España con más 5.000 sucursales, mantiene una estrategia distinta para recuperar la rentabilidad. La entidad planea mantener la red para fomentar el servicio y la atención personalizada al cliente como gran baza. De todas formas, la entidad catalana no se ha escapado de los ajustes, en los últimos años ha reducido en 3.000 el número de oficinas, como consecuencia de la integración de Caixa Girona, Bankpyme, Banca Cívica y Banco de Valencia.
Además, este mismo viernes la entidad anunciaba que ofrecerá 510 prejubilaciones más a sus empleados para trabajadores que en 2016 cumplen 58 años o más.
Por su parte, Bankia es la entidad que parte desde una mejor posición para adaptarse al complicado entorno. Desde su fundación, por la integración de Caja Madrid, Bancaja, Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja de La Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia y posterior nacionalización, se vio obligada a reducir la plantilla en 11.000 trabajadores y el cierre de más de 1.000 oficinas. La entidad está aplicando una estrategia de crear oficinas ágiles para facilitar las gestiones y ahorrar tiempo a aquellos clientes que realizan de forma presencial y que apoye la banca on line, a la vez de potenciar oficinas más grandes con una vocación de asesoramiento.