La Autoridad Bancaria Europea ha dado a conocer el escenario macro al que tendrá que enfrentarse la banca española en los test de estrés de 2016. El hipotético escenario consiste en un avance del PIB del 0,6% este año, una nueva recesión en 2017 con una caída del PIB del 0,8% y que la economía […]
Dirigentes Digital
| 24 feb 2016
La Autoridad Bancaria Europea ha dado a conocer el escenario macro al que tendrá que enfrentarse la banca española en los test de estrés de 2016. El hipotético escenario consiste en un avance del PIB del 0,6% este año, una nueva recesión en 2017 con una caída del PIB del 0,8% y que la economía apenas crezca un 0,2% en 2018. La tasa de paro se situará en los tres ejercicios por encima del 21%. Además, el coste de financiación de la economía española se dispararía y el interés medio de la deuda a diez años rondaría el 3 % este año y los dos próximos, muy lejos en cualquier caso de los máximos por encima del 7,6 % que alcanzó a finales de 2012.
Santander, BBVA, Criteria Caixa Holding (matriz de CaixaBank), BFA (matriz de Bankia), Popular y Sabadell serán los seis bancos españoles que participarán en las pruebas de estrés europeas. En el resto de Europa, la situación económica que deberán ser capaces de resistir las entidades financieras contempla que la economía de la zona del euro caiga un 1 % este año y un 1,3 % en 2017, mientras que en 2018 avanzaría un 0,6 %.
Otra de las cuestiones que tendrán en cuenta las pruebas de estrés será la evolución del precio de la vivienda cuyos precios se hundirían en España un 5,5% este año y en 2017 un 0,7%.En cuanto a la inflación, las previsiones más pesimistas indican que los precios en España caerían un 1,9 % este año, subirían un 0,5 % en 2017 y un 1 % en 2017. El mercado de renta variable también sufriría en este escenario adverso y la bolsa española caería un 26 % este año, un 24,9 % en 2017 y un 16,6 % en 2018.
Los resultados, que está previsto que se publiquen a comienzos del tercer trimestre, no exigirán unos niveles mínimos de capital, lo que implica que no habrá suspensos ni aprobados y por lo tanto no arrojarán necesidades de capital, según Reuters. Ahora lo que preocupan es la rentabilidad de los bancos y cómo puede afectar la reducción de márgenes a su solvencia.
Además, los reguladores pedirán por primera vez a las entidades que hagan una estimación sobre qué impacto podría tener en sus colchones de capital solucionar litigios o multas futuras, aunque no está previsto que las estimaciones vayan a ser publicadas. Pero en estas pruebas no se recogerá el impacto de un hipotético escenario que contemple la salida Reino Unido de la Unión Europea. Además, tampoco serán sometidas a las pruebas los bancos de Portugal, un país que todavía sufre el estallido de la burbuja inmobiliaria.