Es cierto que los países latinoamericanos no atraviesan por su mejor momento macroeconómico. Pero echando la vista atras, su situación ahora es mucho mas saludable que hace una década. La profunda transformación experimentada por esta región en los últimos 40 años ha preparado el terreno para la generación de riqueza a medio plazo. Y en […]
Dirigentes Digital
| 31 oct 2014
Es cierto que los países latinoamericanos no atraviesan por su mejor momento macroeconómico. Pero echando la vista atras, su situación ahora es mucho mas saludable que hace una década. La profunda transformación experimentada por esta región en los últimos 40 años ha preparado el terreno para la generación de riqueza a medio plazo. Y en este escenario, la industria de gestión patrimonial intenta adaptarse a los cambios para aprovechar plenamente el potencial de la región
El informe de Julius Baer sobre el sector comienza analizando los ingredientes para la creación de riqueza sostenible en unos países que casi han triplicado su PIB desde 2002. "El incremento general del poder adquisitivo, amplios sectores de la población, cuya importancia para la economía nacional era insignificante en el pasado, influyen ahora en el nivel de actividad de la región", explican los expertos, destacando especialmente el crecimiento de la clase media. "El porcentaje de la deuda externa en relación al PIB se redujo desde 2002 del 42% al 25% del PIB impulsando cambios institucionales y socioeconómicos" en la región, tal y como recuerdan.
Julius Baer destaca también el entorno más propicio para los negocios, así como mecanismos de control y equilibrio en las instituciones gubernamentales, requisito previo para un crecimiento sostenible. "Colombia, por ejemplo, ha introducido en los últimos ocho años 27 reformas destinadas a mejorar el marco regulatorio para las empresas. Entre 2003 y 2013, las principales economías de la región redujeron a la mitad el tiempo necesario para crear una empresa nueva", recuerdan.
En este contexto, la región dispone de los ingredientes necesarios para liberar todo su potencial de creación de riqueza. Latinoamérica es actualmente una de las regiones con las más altas tasas previstas de crecimiento de la población rica, con un incremento esperado del número de individuos con patrimonios ultraelevados (UHNWI por sus siglas en inglés) del 42% hasta 2023.
Cambios fundamentales en el panorama de la gestión patrimonial
Según el informe, los individuos con elevado patrimonio de Latinoamérica son, por término medio, mucho más ricos que los de otras regiones (13,5 millones de dólares comparados, por ejemplo, con los 3,3 millones de dólares en Europa). En este sentido, "la transformación del sector de la gestión patrimonial, que con activos de 2,66 billones de dólares ofrece sus servicios a estos clientes, se manifiesta a través de los cambios en el panorama de los actores del mercado".
La tendencia hacia la localización, el aumento de la transparencia y el nuevo papel de la banca extraterritorial aceleran la demanda de una oferta de servicios perfeccionada para este tipo de clientes, centrada en una comprensión más precisa de las necesidades de cada uno.
Evolución de los comportamientos de inversión
El estudio también refleja cómo ha cambiado el perfil de los inversores latinoamericanos en las últimas décadas: son más jóvenes y más experimentados, y están dispuestos a asumir mayores riesgos con carteras más diversificadas para alcanzar sus objetivos de inversión. No obstante, efectivo, renta fija y bienes inmuebles continúan representando el 76% de la asignación de activos en Latinoamérica.
Al mismo tiempo, las economías locales están más integradas que nunca en la economía global y, por ello, más expuestas a los ciclos económicos internacionales y a las tendencias sociales globales. En la medida en que la riqueza total de la región continúe creciendo, la mayor exposición a los impactos externos y la mayor experiencia de los inversores modificarán los comportamientos de inversión. La creciente clase media se ve obligada a pensar más allá de sus necesidades de consumo inmediatas y a revisar sus nociones de ahorro, protección patrimonial, preferencias de inversión y asignación de activos, considerando también los riesgos sistemáticos, entre otros.