Ya no cabe duda. Las políticas ultra expansivas de los bancos centrales han dinamitado los principios básicos que regían hasta ahora el mundo de la inversión. El entorno de tipos en mínimos y las incertidumbres macroeconómicas han dejado claro que las ideas tradicionales ya no sirven para batir al mercado. Y convencer de ello al […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Ya no cabe duda. Las políticas ultra expansivas de los bancos centrales han dinamitado los principios básicos que regían hasta ahora el mundo de la inversión. El entorno de tipos en mínimos y las incertidumbres macroeconómicas han dejado claro que las ideas tradicionales ya no sirven para batir al mercado. Y convencer de ello al cliente conservador se ha convertido en la batalla diaria de gestores y asesores.
"Los activos monetarios arrojan rentabilidades negativas en gran parte de Occidente. Los mercados de renta variable del mundo desarrollado presentan valoraciones razonables sólo por el hecho de que muchos mercados de bonos están más caros que nunca. Y, al mismo tiempo, el agitado entorno macroeconómico pone de manifiesto que no tiene sentido asumir demasiado riesgo en las carteras, ni en el componente de renta variable ni en el de renta fija". Así de contundente se manifiesta Hartwig Kos, Vice-Chief Investment Officer Co-Head of Multi-Asset de SYZ ante el difícil escenario para llevar a cabo una asignación eficiente cuando todo está caro y las incertidumbres macro son constantes.
Desde BlackRock también lo tienen claro: "La generación de una mayor rentabilidad en el largo plazo implica la aceptación de una mayor volatilidad o riesgo de iliquidez", explica Richard Turnill, estratega jefe de inversiones globales de la firma. Y es que son muchos los riesgos que en los últimos meses han atemorizado a los inversores. "A muchos clientes les gustaría que su cartera tuviera un posicionamiento más defensivo", reconoce David Lafferty, estratega jefe de mercado de Natixis Global AM. Sin embargo, el experto deja claro que esto significaría orientar la asignación hacia activos de renta fija de alta calidad o monetarios. "Este cambio de rumbo tiene un coste muy alto: los bajos rendimientos y el importante riesgo de tipos de interés de los bonos, que se suman a la leve pero constante pérdida de poder adquisitivo de unas inversiones que rentan menos que la inflación en la mayor parte de los países", advierte.
Así, Lafferty se pregunta si se puede gestionar verdaderamente el riesgo comprando los activos que, a su juicio, están más sobrevalorados. El escenario es más que complejo: "Lo que reduce la volatilidad de las carteras se ha encarecido justo cuando los inversores más lo demandan", explica el experto. Desde la entidad tienen claro que la caída en la rentabilidad de los bonos no es un problema nuevo para la gestión de activos.
"Sin embargo, la combinación de rendimientos bajos y valoraciones bursátiles ajustadas sí es un fenómeno relativamente nuevo desde finales de 2014, cuando los PER rompieron al alza sus medias a largo plazo". Lo único cierto es que con los depósitos rentando muy por debajo del 1%, los bonos en negativo, y la política expansiva del BCE, los ahorradores están obligados a ‘mover su dinero’. Y todos los expertos coinciden en que si se desea una rentabilidad similar a la de años pasados, el sector necesita "carteras más innovadoras y centrarnos en el control de riesgo". "Con los tipos actuales, incluso los más conservadores deben tener más renta variable en cartera y a plazos más largos", indican desde Franklin Templeton, recordando que la previsión de tipos bajos durante un largo periodo de tiempo obliga al gestor a "aceptar otro tipo de múltiplos" para saber si las Bolsas están caras o baratas.
Lo mismo opinan desde Schroders, donde aseguran que el gestor debe tratar de introducir en cartera productos que ofrezcan una rentabilidad asequible con el menor riesgo posible, algo que está empujando al alza las estrategias long short, menos correlacionadas con el mercado, y que incluso pueden hacer ganar en momentos de caídas.
El peor escenario posible
"Sin duda un escenario de tipos bajos es el más negativo para el ahorrador", explica Javier Rillo, gestor de inversiones de Ibercaja Gestión. Así, considera que la más importante labor del gestor es "acompañar al cliente de la mano en esta transición hacia un mayor conocimiento de otros activos como la renta variable". Desde la entidad, por ejemplo, manejan distintos niveles de exposición, a través de su servicio de gestión de carteras y partiendo de fondos dinámicos o mixtos. "No ofrecemos al cliente pasar de 0 a 100, sino ir dando pasos progresivos para que esté cómodo con la exposición, al tiempo que vamos conociendo la evolución de los mercados".
Puede leer el reportaje completo en la revista DIRIGENTES del mes de julio-agosto, ya en su quiosco