Moscú y Ankara están inmersos en una guerra de palabras desde la semana pasada, cuando la Fuerza Aérea turca derribó a un caza ruso, el incidente más grave entre Rusia y un Estado de la OTAN en medio siglo. En una reunión informativa celebrada en Moscú, responsables del Ministerio de Defensa presentaron imágenes de satélite […]
Dirigentes Digital
| 03 dic 2015
Moscú y Ankara están inmersos en una guerra de palabras desde la semana pasada, cuando la Fuerza Aérea turca derribó a un caza ruso, el incidente más grave entre Rusia y un Estado de la OTAN en medio siglo.
En una reunión informativa celebrada en Moscú, responsables del Ministerio de Defensa presentaron imágenes de satélite que, según dijeron, muestran columnas de camiones cisterna cargando petróleo en instalaciones controladas por el Estado Islámico en Siria e Irak, y luego cruzando la frontera hacia la vecina Turquía.
Los altos cargos no especificaron qué pruebas tienen sobre la implicación de Erdogan y su familia, una acusación que el presidente turco negó con vehemencia. "Turquía es el principal consumidor del petróleo robado a sus dueños legítimos, Siria e Irak. Según la información que hemos recibido, la cúpula política del país (el presidente Erdogan y su familia) está implicada en este negocio criminal", dijo el viceministro de Defensa ruso, Anatoly Antonov, en declaraciones recogidas por Reuters.
"En Occidente nadie hace preguntas por el hecho de que el hijo del presidente turco dirija una de las mayores compañías energéticas, o que su hijo haya sido nombrado ministro de Energía. ¡Qué maravilloso negocio familiar!", agregó.
Erdogan, en tanto, dijo que nadie tiene el derecho a "difamar" a Turquía al acusarla de comprar petróleo al Estado Islámico y que si dichas acusaciones fueran probadas, él abandonaría el cargo. Además, afirmó en declaraciones en una universidad en la capital de Catar, Doha, que no quiere que las relaciones de Ankara con Moscú empeoren más.