En un escenario que es crecientemente visto como el de una nueva guerra fría, Rusia y Estados Unidos refuerzan sus posiciones en lados opuestos del tablero, con movimientos casi diarios que van delineando una partida de final abierto. Las sanciones de las que es objeto, particularmente después de Crimea, han llevado a Putin a mirar […]
Dirigentes Digital
| 18 dic 2014
En un escenario que es crecientemente visto como el de una nueva guerra fría, Rusia y Estados Unidos refuerzan sus posiciones en lados opuestos del tablero, con movimientos casi diarios que van delineando una partida de final abierto.
Las sanciones de las que es objeto, particularmente después de Crimea, han llevado a Putin a mirar con particular interés hacia Latinoamérica. Durante 2014, ha desplegado allí una artillería de acuerdos comerciales y políticos para "restaurar y ampliar los vínculos tradicionales" con la región.
En esa línea se inscriben sus visitas de julio a Argentina, Brasil, Cuba y Nicaragua, las reuniones que mantuvo con 12 países sudamericanos en paralelo a la cumbre BRICS en Brasil, así como el Tratado de Libre Comercio (TLC) que, afirman diversas fuentes, está de protocolos avanzados.
Alianzas
Aquella gira, dijo Putin, tuvo como propósito "crear alianzas plenas y tecnológicas" en los sectores de petróleo, gas, hidroenergía, energía nuclear, aeronáutica y biofarmacéutica. La modalidad comercial vigente con esas naciones es la de comisiones intergubernamentales.
De Argentina (país con el que comparte posiciones sobre Crimea y Malvinas) recibe frutas y carnes, al tiempo que envía minerales y productos agrícolas. En 2013, el saldo comercial para Argentina fue favorable en 850 millones. La "reaproximación" se daría a través de inversiones rusas en infraestructura y energía atómica.
En Nicaragua, estratégicamente ubicada en el centro del continente, la tónica de las conversaciones fue predominantemente militar, del mismo tipo que mantiene con Venezuela y Cuba y en menor medida con Colombia.
En Brasil, la visita fue económica y políticamente explícita: demostrar que no depende de los grandes organismos financieros multilaterales.
El presidente peruano Ollanta Humala visitó Moscú en noviembre, cuando (además de analizar el uso conjunto del Sistema de Navegación Satelital Glonass) se puso al tanto de la demanda que el país otrora comunista tiene actualmente de productos que Perú puede suministrarle, básicamente alimentos (frutas, mariscos, café) y metales (plomo, zinc, plata).
TLC
"La intención es abarcar también a Ecuador y Bolivia", dijo a inicios de diciembre Denís Mantúrov, ministro ruso de Industria y Comercio, al referirse a los movimientos rusos en Latinoamérica tras las sanciones.
Su declaración fue reforzada el 16 de diciembre con la llegada a Venezuela del vicepresidente ruso, Dmitry Rogozin, para acordar acciones ante la caída del precio del petróleo.
El consejero económico en Lima, Sergey Sirenko, dijo que Perú le propuso un TLC a Rusia en 2013. Su adopción podrá aumentar alrededor de 1.000 millones de dólares el intercambio bilateral en el mediano plazo.
Rusia le vende abonos, productos siderúrgicos e insumos químicos. En 2013, el sudamericano exportó al euroasiático 102,9 millones de dólares, mientras que en sentido inverso el volumen fue de 400,6 millones por abonos.
Retórica atómica
La relación comercial de ambos países se realiza actualmente a través de una comisión intergubernamental mixta, como la que Moscú mantiene con los demás países sudamericanos. Sirenko propuso formar consejos específicos dentro de esa comisión para impulsar el comercio.
Refrendando esos avances, el propio Putin dijo que Rusia está dispuesta a ofrecer su "experiencia y tecnología para realizar los planes de desarrollo de energía atómica de Perú, las ciencias nucleares y la medicina" a través de inversiones.
Por el momento, las metas son más retóricas que concretas: Rusia ha invertido en 2014 un total de 2,6 millones de dólares en Perú. En el mismo período, esa nación sudamericana recibió 23.194 millones en concepto de inversiones extranjeras directas, según las estadísticas oficiales (Dirección de Servicios al Inversionista del Perú).