Si hace dos semanas era Fitch quien dudaba de la deuda rusa, ahora es S&P quien ha decidido considerarla como una inversión especulativa. La agencia recortó la nota de la deuda rusa hasta BB+ (bono basura) con perspectivas negativas, es decir que considera que la situación puede ir a peor. Las causas que adució la […]
Dirigentes Digital
| 27 ene 2015
Si hace dos semanas era Fitch quien dudaba de la deuda rusa, ahora es S&P quien ha decidido considerarla como una inversión especulativa. La agencia recortó la nota de la deuda rusa hasta BB+ (bono basura) con perspectivas negativas, es decir que considera que la situación puede ir a peor. Las causas que adució la agencia para esta reducción fueron la falta de flexibilización de su política monetaria junto con unas débiles perspectivas de crecimiento.
Desde S&P apuntan que la rebaja se debe al debilitamiento que está sufriendo el sistema financiero ruso, que limita la capacidad del banco central ruso para transmitir su política. Al hablar de las perspectivas de crecimiento, la agencia señala que las previsiones de crecimiento para este trienio (2015-2018) se han rebajado desde un 2,4% hasta un 0,5%.
La agencia además percibe riesgos de que las reservas fiscales y externas se deterioren debido a un aumento de las presiones externas y al apoyo que está teniendo que dar el Gobierno a la economía. Las consecuencias del desplome del precio del petróleo y de las sanciones comerciales derivadas de la crisis de Ucrania están teniendo consecuencias negativas para la economía.
El rublo, a la baja
La divisa rusa ha sido la gran perjudicada por la bajada del precio del crudo, que afecta a la economía rusa dado que es un gran exportador de crudo. A esto se unen las sanciones comerciales impuestas por la UE y EEUU tras la crisis de Ucrania. Así las cosas, el Gobierno tuvo que rebajar a la baja las previsiones de crecimiento. A pesar de que Vladimir Putin decía a finales de año que no era necesario preocuparse y que en el peor de los escenarios la crisis se solventaría en dos años, los mercados no son tan optimistas. La moneda del país acumula un descenso del 56% con respecto a su cotización de hace un año.
Las cosas no parecen solucionarse y Barack Obama llegó a amenazar esta semana con mayores sanciones al país si continuaba la ofensiva en Ucrania. En este contexto, Rusia busca nuevos aliados en el terreno internacional. Entre las acciones desarrolladas se encuentra la firma de 50 acuerdos con China para tratar de desarrollar un eje entre las dos potencias y tratar de evitar así el efecto de la pérdida de peso de las relaciones comerciales con sus socios tradicionales.