Fuentes socialistas han informado de que Pedro Sánchez se ha puesto en contacto con el nuevo presidente de la Generalitat para tratar de restablecer las comunicaciones con Cataluña. Sánchez y Puigdemont han mantenido una conversación "cordial" en la que el líder socialista ha querido hacer hincapié en que sus prioridades son los problemas de todos […]
Dirigentes Digital
| 15 ene 2016
Fuentes socialistas han informado de que Pedro Sánchez se ha puesto en contacto con el nuevo presidente de la Generalitat para tratar de restablecer las comunicaciones con Cataluña. Sánchez y Puigdemont han mantenido una conversación "cordial" en la que el líder socialista ha querido hacer hincapié en que sus prioridades son los problemas de todos los españoles, como la lucha contra el paro, la desigualdad o la regeneración de las instituciones. No obstante, Pedro Sánchez le ha explicado a Puigdemont que pretende "abordar una reforma federal de la Constitución" que resuelva la crisis catalana.
Pedro Sánchez no ha sido, en cambio, el primer dirigente político que se ha puesto en contacto con el nuevo presidente de la Generalitat. Pablo Iglesias telefoneó antes a Puigdemont, también en una charla que el propio presidente catalán ha calificado de "cordial desde la discrepancia serena" en la que han acordado seguir en contacto. En esta conversación, y según ha informado Podemos, Iglesias le habría trasladado a Puigdemont su apoyo a la celebración de un referéndum, aunque han puntualizado que Podemos defiende que Cataluña siga dentro de España.
Por su parte, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha manifestado que no llamará a Puigdemont, pues considera que es algo que corresponde al actual presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.
Polémica en el Senado
Mientras tanto, Sánchez continúa lidiando con las duras críticas desatadas tras la cesión del PSOE de cuatro senadores a Democràcia i Llibertat (la antigua Convergencia Democrática) y Esquerra Republicana para que así pudieran formar grupo parlamentario propio en el Senado.
Los socialistas han calificado este acto de "cortesía parlamentaria" y han querido alejar cualquier sospecha de que se trate de un acercamiento a los independentistas para un posible pacto de investidura. Desde el Partido Popular han calificado este cesión de "muy preocupante" e "incomprensible", en palabras de Soraya Sáenz de Santamaría.