El Ayuntamiento de Barcelona ha abierto cuatro expedientes a dos de los principales gigantes dedicados a los polémicos apartamentos vacacionales: Airbnb y HomeAway. Según el Gobierno de Ada Colau, estas páginas habrían hecho publicidad de viviendas barcelonesas sin regular, por lo que se les ha impuesto una multa de 60.000 euros a cada una. En […]
Dirigentes Digital
| 22 dic 2015
El Ayuntamiento de Barcelona ha abierto cuatro expedientes a dos de los principales gigantes dedicados a los polémicos apartamentos vacacionales: Airbnb y HomeAway. Según el Gobierno de Ada Colau, estas páginas habrían hecho publicidad de viviendas barcelonesas sin regular, por lo que se les ha impuesto una multa de 60.000 euros a cada una.
En un comunicado emitido por el Ayuntamiento de Barcelona, se explica que Airbnb y HomeAway habrían publicitado estos pisos sin su número de registro de Turismo de Catalunya necesario para ello y tampoco habrían respondido a las peticiones remitidas desde la Administración Local.
Según recoge la prensa catalana, serían cerca de 6.000 pisos los que no están registrados solo en la ciudad de Barcelona, y en posteriores semanas se seguirá con las sanciones y medidas contra otras 22 webs dedicadas a este polémico negocio colaborativo.
Airbnb ya ha dicho que apelará esta decisión, y que Barcelona "debería apoyar a aquellas personas que comparten su casa y no ir en contra de ellas".
Solo en 2014, estos pisos vacacionales han proliferado de forma importante. En 2014, la capital catalana impuso multas a más de 170 pisos ilegales, y Airbnb fue una de las empresas que se llevó una de las mayores multas hace año y medio. La Generalitat también ha impuesto más de 500.000 euros en sanciones a viviendas vacacionales por irregularidades durante el verano de 2014.
Y Barcelona no es la única ciudad en la que estas compañías empiezan a tener problemas. Airbnb también acumula problemas en Río de Janeiro. Con 20.000 viviendas registradas, esta ciudad brasileña es la cuarta que posee mayor oferta de Airbnb, después de París, Nueva York y Londres. Río acogerá en 2016 los próximos Juegos Olímpicos, y su alcalde, Ricardo Paes, llegó a un acuerdo de patrocinio con la empresa turística por el que Airbnb sería el proveedor oficial de alojamiento para el evento deportivo.
El acuerdo, por supuesto, no ha caído bien entre el sector hotelero brasileño, y cuatro de las siete asociaciones de hoteles del país han denunciado el contrato entre Airbnb y la ciudad de Rio de Janeiro.
"No se trata de prohibir. Lo que pedimos es la igualdad tributaria. Un hotel paga tarifas de agua más caras, Impuesto Predial y Territorial Urbano, Impuesto sobre Servicios, y estos alojamientos no. No hay una garantía ni una seguridad para los vecinos, un contrato formal", ha señalado el presidente de la Asociación Brasileña de la Industria de Hoteles (ABIH), Alfredo Lopes, al diario Estado de Sao Paulo.
En Europa, el sector hotelero ya se ha pronunciado y ha pedido formalmente una regulación que "nivele las reglas" de la economía colaborativa para garantizar "la competitividad y la competencia de todos los proveedores de servicios del sector turístico".