Esta semana, antes de analizar valores concretos, debemos fijarnos en el índice general de la bolsa de Shanghai. Quien haya estado al tanto de las noticias este verano, sabrá que la bolsa pasó se superar los 5.000 puntos en Junio a desplomarse tan solo dos meses después un espectacular 44%. Ya hablé sobre las causas, […]
Dirigentes Digital
| 29 sep 2015
Esta semana, antes de analizar valores concretos, debemos fijarnos en el índice general de la bolsa de Shanghai. Quien haya estado al tanto de las noticias este verano, sabrá que la bolsa pasó se superar los 5.000 puntos en Junio a desplomarse tan solo dos meses después un espectacular 44%. Ya hablé sobre las causas, se abrieron 15 millones de nuevas cuentas para especular con los préstamos concedidos al margen desde el conocido como shadow banking, una práctica que ya parece haber sido atajada.
Los temores de que la economía china se desacelere, insisto, no está detrás del colapso en las bolsas. Esto sería como pensar que la burbuja del último año se produjo antes las perspectivas, inexistentes, de que China fuese a crecer un 10 en lugar de aproximadamente el 7%. Las bolsas chinas, esta premisa tenemos que dejarla clara, no suelen atender a fundamentales económicos. Atienden a anuncios, si acaso, de una reforma económica que todavía puede dejar muchos beneficios en multitud de sectores. Por contrato, no puedo hablar de valores concretos en bolsa china, pero sí podemos analizar algunas industrias.
Hay sectores, como el estatal, donde nuestro gobierno está aplicando reformas para mejorar su eficiencia. Sin embargo, tampoco podemos perder la perspectiva de que los beneficios industriales de agosto han caído a una tasa del 8,8% interanual. Pero, con todo, las últimas caídas bursátiles han más que descontado su valor en muchos casos. Quiero, en este punto, enfatizar el papel que va a desempeñar la política fiscal junto con los estímulos monetarios.
Es importante porque, en último extremo, las compañías estatales que cotizan en bolsa se van a beneficiar de muchas medidas. Como ahora la economía está desacelerándose, y para mantener un crecimiento del siete por ciento durante los próximos cinco años, se van a adoptar medidas fiscales de colaboración público-privada. Por ejemplo, las empresas públicas van a realizar proyectos conjuntos con compañías del sector privado, con financiación estatal. Esta promoción de obra pública que debe tener lugar a lo largo del cuarto trimestre, para amortiguar la desaceleración económica, será beneficiosa para muchas compañías cotizadas estatales muy castigadas últimamente.
Se espera de las diferentes administraciones, además, que emitan bonos para financiar infraestructuras. Y las políticas monetarias, sobre todo aquellas dirigidas al sector inmobiliario, también van a seguir siendo expansivas.
Esto no quiere decir que se vayan a retrasar las reformas para favorecer nuevas burbujas. Significa, simplemente, que los datos de PIB del tercer trimestre van a ser inferiores al 7%. Y que mientras haya margen para amortiguar este ajuste hasta finales de año, sencillamente, se tomarán las medidas oportunas. Desde el punto de vista del inversor en bolsa, los sectores estatal e inmobiliario-infraestructuras van a ser una muy buena opción estas próximas semanas. El inmobiliario, como podemos ver a continuación, está marcando su suelo en los 5,500 puntos.
A nivel general del índice, además, también estamos viendo un suelo relativamente estable por encima de los 3,000.
Ahora, comparando ambos gráficos, lo que vemos es una cola horizontal muy similar para consolidar suelo.
En resumen, no veo a Shanghai hundiéndose por debajo de los tres mil puntos en 2015. Es más, la decisión adoptada por Estados Unidos de no subir los tipos nos ha dado mucho aire para los próximos tres meses al menos. La devaluación del yuan decretada en agosto, como están repitiendo las autoridades aquí, no irá más allá del actual 4%. Y el único riesgo, quizás, es que la desaceleración económica fuese tan grande que ni las políticas fiscales y monetarias mencionadas anteriormente pudiesen controlar. Este escenario, puedo decirlo aquí desde China, es altamente improbable.
Habrá desaceleración, sí. Nuevos estímulos, también. Pero las bolsas, observando muchos sectores, ya han caído todo lo que tenían que caer. Los grandes fondos, no nos olvidemos, son conocedores de las oportunidades que se plantean. Y la burbuja, como el posterior pinchazo, fueron fenómenos quasi exclusivos del inmenso sector minorista. Tranquilizado este último, pienso, la tendencia será necesariamente plana o alcista.
Eva Ma es Economista Jefe del Grupo Caijing y socia colaboradora de China Capital / Shanghai (PRC)
Traducción: Javier Veiga