Deflación y falta de crédito. Son las dos grandes preocupaciones de un Banco Central Europeo que se ha convertido en la clave para que los mercados continúen la tendencia alcista en los próximos meses. Dos cuestiones difíciles de gestionar, pero que a juicio de Deutsche Bank, pueden estar más cerca de solucionarse gracias a las […]
Dirigentes Digital
| 16 jul 2014
Deflación y falta de crédito. Son las dos grandes preocupaciones de un Banco Central Europeo que se ha convertido en la clave para que los mercados continúen la tendencia alcista en los próximos meses. Dos cuestiones difíciles de gestionar, pero que a juicio de Deutsche Bank, pueden estar más cerca de solucionarse gracias a las últimas medidas del organismo monetario, especialmente con el programa de LTRO.
La gran duda es si los bancos destinarán finalmente el dinero que reciban en estas subastas a crédito empresarial o lo emplearán con otra finalidad. Rosa Duce, Economista Jefe del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, explica que aunque "cada uno puede hacer lo que quiera, si quieren tener dinero fácil en los próximos años, tendrán que emplearlo en crédito".
Y es que en la subasta que se desarrollará en marzo de 2015, el BCE dará liquidez en razón del porcentaje de crédito que haya concedido el banco anteriormente. Concretamente, desde abril de 2014. "Además, si no lo destinas al crédito, lo tienes que devolver el año siguiente, es decir, dos años antes", insiste Duce.
Deutsche Bank cree que la economía comunitaria crecerá este año un 1,1%, un ritmo aún muy demasiado moderado por el excesivo endeudamiento y el agotamiento fiscal. "El gran problema de Europa es la deuda", explica Duce, quien explica que pese a los esfuerzos realizados, el nivel de deuda de familias y empresas es elevado, y el sector público ha visto una continua subida de sus niveles de deuda por la caída en ingresos y el incremento de los gastos sociales. "Todo ello limita la capacidad de consumo e inversión a medio plazo y frena el potencial de crecimiento a corto plazo".
En cuanto a España, la economista coincide con el optimismo demostrado por los inversores internacionales en el último año: "El mundo mira ahora a España con ojos diferentes. A los inversores les gusta España", asegura. Duce confía en que la prima de riesgo siga cayendo hasta rondar los 100 puntos básicos.
ROTACIÓN DE CARTERAS HACIA LA RENTA VARIABLE
Diego Jiménez-Albarracín, Responsable de Renta Variable del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, explica que en este escenario de crecimiento positivo pero lento, y tipos de interés en mínimos, "es prácticamente imposible conseguir rentabilidades sin arriesgar".
Así, la renta variable es su activo favorito para los próximos meses, especialmente la de los países desarrollados. La entidad ha elevado su objetivo para el Ibex 35 a final de año al entorno de los 12.000 puntos. Eso sí, siempre que se cumplan las previsiones y la esperanza de que "a partir de septiembre veamos una mejora de las estimaciones de las cotizadas, tanto para final de año como para los primeros trimestres de 2015".
"Tanto el ‘rally’ que tuvimos en el último trimestre de 2013 como el que hemos tenido en este primer semestre se han hecho prácticamente sin tocar las estimaciones de beneficios, es decir, se han hecho inflando múltiplos", asegura Jiménez-Albarracín. "Esto hace que las empresas cotizadas españolas, si las miramos simplemente por múltiplos, no estén en absoluto baratas. Nosotros creemos que sí están baratas teniendo en cuenta que esperamos una mejora de estimaciones", finalizó. En concreto, Jiménez-Albarracín ha apostado por empresas como Iberdrola, Enagás, Amadeus, Inditex, ArcelorMittal o Banco Sabadell.
EE UU también gusta a pesar de los máximos actuales. "La ventaja con la que cuentan es que allí siguen mucho la teoría del "buy America", por lo que confiamos en empresas muy ligadas al consumo interno que representa dos tercios del PIB nacional". También apuestan por tecnológicas, sector media, autos, y el sector financiero, especialmente aseguradoras.
En renta fija, y siempre siendo muy selectivos tanto en deuda soberana como corporativa, apuestan por los bonos periféricos, pero dejando a un lado los plazos más largos. También gustan a la firma los bonos emergentes en divisa local después de haber pasado el efecto nocivo por la crisis de sus divisas y la apertura hacia más reformas en países como India, Indonesia o Sudáfrica. "Más dudas hay en Brasil o Turquía", explican los expertos.