Tras varios días de calma tensa, en la que los activos de riesgo habían logrado recuperar parte de lo perdido tras el Brexit, ayer la aversión al riesgo se volvió a imponer en los mercados financieros mundiales. La renta variable fue castigada, mientras que los bonos, concretamente los considerados como refugio: los alemanes, los estadounidenses, […]
Dirigentes Digital
| 06 jul 2016
Tras varios días de calma tensa, en la que los activos de riesgo habían logrado recuperar parte de lo perdido tras el Brexit, ayer la aversión al riesgo se volvió a imponer en los mercados financieros mundiales. La renta variable fue castigada, mientras que los bonos, concretamente los considerados como refugio: los alemanes, los estadounidenses, los japoneses y los suizos, entre otros, subían con fuerza, con muchos de ellos profundizando en sus rentabilidades negativas. Los bonos periféricos, por su parte, cedieron algo de terreno, no mucho, lo que tuvo como resultado un incremento de las primas de riesgo. En el mercado de divisas la libra volvió a marcar nuevos mínimos multianuales (en 31 años) frente al dólar, mientras que esta última divisa también ganaba algo de terreno frente al euro y lo perdía frente al yen. El oro, por su parte, volvía a ejercer de refugio, situándose su precio al nivel más alto desde el pasado mes de marzo, mientras que el precio del crudo se desplomaba tras conocerse un incremento no esperado de inventarios en una de las principales regiones petroleras de Estados Unidos (Cushing, Oklahoma) y por temor al impacto que en el crecimiento mundial podría terminar teniendo el resultado del referéndum británico.
Fue precisamente el potencial impacto negativo del Brexit el principal factor que hizo que ayer el sentimiento de los inversores girara tan bruscamente. En este sentido, señalar que el mercado recibió mal la decisión del Banco de Inglaterra (BoE) de permitir a los bancos que actúan en el Reino Unido liberar capital para incrementar su capacidad de dar créditos al sistema (ver sección de Economía) y las renovadas advertencias del gobernador de la institución, el canadiense Carney, sobre el potencial impacto negativo que el Brexit podría causar en el sistema financiero británico. También alarmó a los inversores el hecho de que en los últimos días tres grandes fondos inmobiliarios británicos suspendieran los reembolsos ante la avalancha de peticiones por parte de los partícipes. Todo apunta a que el sector inmobiliario británico puede ser uno de los primeros damnificados del Brexit, incluso mucho antes de que éste se produzca formalmente.
Otro gran damnificado puede ser el sector bancario italiano, ya que las perspectivas de que el Brexit termine impactando negativamente en el crecimiento de la Zona Euro ahondan los problemas de un sector que necesita rápidamente, como mínimo, 40.000 millones para fortalecer los balances de las entidades más débiles. La imposibilidad de que esta ayuda sea aportada directamente por el Gobierno italiano, algo que iría en contra de la nueva regulación de la Zona Euro, hace más compleja la situación ya que políticamente sería muy duro para el Gobierno del país que accionistas, bonistas y grandes depositantes tuvieran que asumir pérdidas en el proceso, sobre todo teniendo en cuenta que una parte sustancial de los bonos emitidos por la banca italiana están en manos de pequeños ahorradores.
Por lo demás, señalar que ayer se publicaron en la Zona Euro los índices adelantados de actividad del sector de los servicios, los PMIs servicios, correspondientes al mes de junio, cuyas lecturas superaron ligeramente lo esperado por los analistas. Estos indicadores adelantados, que apuntan a sólidos crecimientos dentro de la región en Alemania, Irlanda, España e, incluso, Italia, y a un importante parón del mismo en Francia, no recogen el impacto en ellos del referéndum británico, por lo que habrá que esperar a los de julio para saber el efecto del Brexit en las expectativas de crecimiento de la región.
Hoy esperamos que continúe la tendencia de huída de los activos de riesgo hacia los considerados como más seguros o refugio: bonos, oro, yen, entre otros. En este sentido, señalar que la nueva depreciación de la libra frente al dólar que se ha producido esta madrugada (ha perdido el nivel de 1,30 dólares) hará que los inversores vuelvan a situar el Brexit como su primer factor de preocupación, lo que les llevará a profundizar en su estrategia de reducir exposición al riesgo.
Por lo demás, señalar que la estabilidad del precio del crudo esta madrugada podría servir para calmar algo los ánimos en los mercados de renta variable. Por la tarde, la publicación de los índices adelantados de actividad de los sectores de servicios del mes de junio en EEUU, de superar lo esperado por los analistas y mostrar un cambio de tendencia positivo, podrían igualmente servir como bálsamo a unos mercados de renta variable que vuelven a mostrar signos de extremado nerviosismo.