Muchos inversores se están centrando actualmente en los principales acontecimientos políticos, que han llevado al ciclo monetario restrictivo. Según los estrategas de Flossbach von Storch, el BCE es prisionero de su propia política de rescate y creen que continuará su actual política monetaria hasta 2019 al menos, es decir, hasta el final del mandato de […]
Dirigentes Digital
| 17 jul 2017
Muchos inversores se están centrando actualmente en los principales acontecimientos políticos, que han llevado al ciclo monetario restrictivo. Según los estrategas de Flossbach von Storch, el BCE es prisionero de su propia política de rescate y creen que continuará su actual política monetaria hasta 2019 al menos, es decir, hasta el final del mandato de Mario Draghi. Desde su punto de vista, los tipos de interés deben seguir siendo bajos en la Eurozona porque es la única manera de financiar la montaña de la deuda soberana. A la gestora le llamó la atención una cosa en particular: Actualmente, los inversores se preocupan principalmente por cuestiones políticas. ¿Qué hará el impredecible Donald Trump a continuación? ¿Qué pasará con Gran Bretaña, que ha iniciado el lento proceso de salida de la Unión Europea (UE)? ¿Qué hay de Emmanuel Macron y Francia? ¿Y qué efecto tendrá la elección del Bundestag en septiembre en los mercados de capitales? En opinión de su estratega, Bert Flossbach, sólo habría que tomar parte “si la política no se discute durante la reunión”. Por supuesto, no siempre es fácil concentrarse en lo que aparentemente es importante, sobre todo porque los medios de comunicación han estado completamente envueltos en los principales acontecimientos políticos de los últimos meses. Los políticos saben “cómo crear una gran cantidad de aire caliente, especialmente durante los períodos electorales”, señala el estratega. Después de todo, los titulares son moneda fuerte. Debe quedar claro que la persona más importante desde una perspectiva europea no es Merkel, May o Macron, sino el jefe del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, tal y como considera Flossbach. Europa, en particular los miembros de la Eurozona, “probablemente tendrían un gran problema sin la ayuda de Draghi“. “Su política monetaria laxa es el pegamento que mantiene unida la frágil unión monetaria y pone en tela de juicio el fracaso de los responsables políticos para implementar las reformas estructurales necesarias en cada uno de los estados miembros”, explica. Por tanto, los tipos de interés bajos se han vuelto “simplemente necesarios para la supervivencia de los países de la Eurozona con altos niveles de endeudamiento, como Italia”. Asimismo, el nivel de endeudamiento, la demografía y las perspectivas de crecimiento “son argumentos de peso y a largo plazo contra un cambio global y significativo de los tipos de interés”. Es por ese motivo que Janet Yellen ha reiterado que los niveles de tipos de interés del período anterior a la crisis financiera ya no son realistas. Al final, el BCE -y no las instituciones políticas- son responsables de la carga (de la deuda) de Europa y, en consecuencia, de la existencia del euro. “El BCE se ha convertido así en un prisionero de su propia política de rescate, y Draghi una especie de canciller sombra para la Eurozona”, expone de manera contundente. Como resultado, sienten que la discusión sobre las políticas laxas son un debate absolutamente ficticio.