Este proyecto va mucho más allá de un avión, y pretende concienciar a todo el mundo de que las energías renovables no son el futuro, si no el presente. La tecnología ecológica existe y Solar Impulse es buena muestra de ello. Solar Impulse es el resultado de la alianza entre dos hombres para hacer realidad […]
Dirigentes Digital
| 03 dic 2014
Este proyecto va mucho más allá de un avión, y pretende concienciar a todo el mundo de que las energías renovables no son el futuro, si no el presente. La tecnología ecológica existe y Solar Impulse es buena muestra de ello.
Solar Impulse es el resultado de la alianza entre dos hombres para hacer realidad un proyecto considerado imposible por los expertos de la industria. Mientras Bertrand Piccard, psiquiatra y explorador, conseguía socios para financiar el proyecto y promovía tecnologías limpias (apoyado posteriormente por importantes autoridades políticas), el ingeniero y empresario André Borschberg reunió y dirigió un equipo técnico de 80 personas. Han sido necesarios 12 años de cálculos, simulaciones, construcciones y pruebas para llegar al lanzamiento de la segunda versión del Solar Impulse, el avión más revolucionario del momento, preparado para volar alrededor del mundo con energía solar.
Para completar este reto, el innovador aeroplano tendrá que lograr volar sin combustible, con un solo piloto, durante 5 días y noches consecutivos. "Uno tiene que entrenarse para ello porque el factor humano es complicado, con grandes diferencias de temperaturas… Es un desafío enorme y para ello hemos aprendido a dormir en periodos de 20 minutos, diez veces al día, tenemos comida especial creada por Nestle", ha declarado el piloto al respecto.
El origen de este proyecto, para Piccard, fue su vuelta al mundo a globo, donde se dio cuenta de la dependencia de las energías fósiles, y de la posibilidad de dejar de depender de ellas. "Cuando tuvimos miedo de quedarnos sin combustible, me di cuenta de que mi próxima vuelta al mundo sería sin este tipo de energía", ha señalado Bertrand Piccard.
En este marco, el piloto ha querido aclarar además, que la historia ha demostrado que la innovación no es una idea nueva, si no es una creencia que desaparece. "Por esto, me desprendí de mis creencias y comencé a soñar en un avión sin combustible, lo que promueve un acuerdo entre el consumo y el medio ambiente".
Para Piccard, Solar Impulse demuestra que para tener éxito y salir de la crisis financiera y económica en la que se encuentran muchos países, el espíritu pionero debe ser lo principal en este mundo globalizado e industrializado en el que vivimos. Solar Impulse, por tanto, no es sólo un proyecto aeronáutico, sino que su objetivo es llegar a poder aplicar su tecnología a uso civil, por ejemplo para nutrir de red Wifi y de telecomunicaciones a muchas ciudades. O para construir aviones no pilotados, como drones, que funcionen únicamente gracias a la luz solar.
Con respecto a sus aplicaciones, preguntado por DIRIGENTES sobre si este tipo de proyectos puede ser un ejemplo para fabricantes de la talla de Boeing o Airbus, Bertrand ha aclarado que esto es algo difícil, ya que este tipo de compañías están especializadas en aeronáutica. "A estos fabricantes les interesa mucho más mejorar los pequeños detalles, que innovar".
Por último, Bertrand Piccard ha opinado sobre la situación de este sector en España, donde para él, se han hecho cosas muy bien, como ser uno de los países pioneros, pero esta situación se ha estancado. "El problema parece que surge porque ha habido una planificación a corto plazo, con demasiadas subvenciones y pocos incentivos. Con tantas subvenciones uno se aprovecha de la situación y no fomenta el emprendimiento y la verdadera ayuda a los empresarios. Lo que hay que hacer es garantizar el precio de la energía que sale el mercado, y no únicamente fomentar las subvenciones", ha sentenciado el piloto.
En este sentido, ha lamentado también no tener ningún socio español: "En nuestro viaje, tenemos previsto aterrizar en el sur de Europa, concretamente en Sevilla, por lo que nos encantaría tener un socio español, pero no lo tenemos. Si no lo conseguimos, el mensaje que vamos a transmitir, no será muy bueno".