Es cierto que España no está lejos de la media europea en materia de uso de estos servicios de asesoramiento. El porcentaje del Viejo Continente es del 20%, y del 25% en la media mundial. Hay que tener en cuenta que, según datos de Inverco, el ahorro financiero de las familias supera los 2 billones […]
Dirigentes Digital
| 02 mar 2017
Es cierto que España no está lejos de la media europea en materia de uso de estos servicios de asesoramiento. El porcentaje del Viejo Continente es del 20%, y del 25% en la media mundial. Hay que tener en cuenta que, según datos de Inverco, el ahorro financiero de las familias supera los 2 billones de euros. Pero, tanto por minorista como por altos patrimonios, más del 42% de los recursos están invertidos en depósitos y efectivo. Y que un 78% de los españoles son propietarios de una vivienda. “Suponiendo que un asesor independiente aplicase una comisión del 1% anual a sus clientes, la familia media española daría para 1.090 euros al año a la entidad, una cifra escasa para justificar la dedicación que exige una planificación financiera personalizada”, indican los expertos Bajo esta premisa, ¿qué pasará con todos esos minoristas que no alcanzan un volumen suficientemente rentable para las entidades, y que quedarán fuera de los servicios de asesoramiento con la llegada de MiFID II? Los expertos consideran que las entidades que apuesten por un modelo de asesoramiento independiente, se centrarán sobre todo en clientes de banca privada, que según un informe de Capgemini y RBC Wealth Management ascienden a 178.000 personas en España (medidas por patrimonios superiores a un millón de dólares, sin contar la primera vivienda). Las familias con un rango estimado de hasta los 250.0000/300.000 euros no podrán recibir asesoramiento financiero independiente “tradicional”. Sin embargo, se trata de previsiones demasiado optimistas, pues los expertos cifran en 109.000 euros el patrimonio medio de los hogares, que además es tremendamente conservador. Aún así, no consideran que este colectivo quede completamente fuera de los servicios de asesoramiento, como así ha ocurrido en Reino Unido tras la implementación de la RDR. “Para ese target de clientes, se apostará por la vehiculización a través de fondos perfilados, multiactivos y otras alternativas”, indican desde el IEB. Reino Unido puede ser un buen ejemplo a seguir. Tras la implantación de la RDR, muchos minoristas quedaron fuera de la posibilidad de este servicio, lo que ha dado lugar a un mayor crecimiento de alternativas como la propia autogestión o los robo advisors, mucho más baratos en términos de comisiones. Sin embargo, hay que recordar que en el mercado anglosajón la cultura financiero es mucho más elevada, por lo que los expertos dudan que el inversor medio español pueda seguir esta tendencia. Desde EFPA y el IEB también apuntan a un mayor crecimiento de los ETFs y otros productos de gestión pasiva, más baratos también para el ahorrador. En la Bolsa española, según datos de BME, el volumen contratado de estos productos fue de 12.633 millones de euros. La cifra supone un 28% más que en 2015, pero está aún muy lejos de la inversión directa o el dinero que mueven los fondos de inversión, lo que significa que el potencial de crecimiento es muy elevado. Ahora, con la posibilidad de que estos productos incorporen la ventaja fiscal del traspaso, el impulso podría ser definitivo. Del mismo modo, los expertos apuntan al inevitable incremento de clases de participaciones en fondos con comisisones mucho más bajas. “Actualmente es común que el comercializador se lleve entre el 40% y el 60% de la comisión de gestión. En el caso de un asesoramiento independiente, la gestora ya no tendrá que pagar y debería, entonces, adecuarse a la nueva situación para ser competitivos”, recuerdan desde el IEB. En este sentido, los expertos de Morningstar aluden también a la aparición de las llamadas ‘clases limpias‘ en fondos de inversión. Según un reciente informe de la firma, estas participaciones han jugado un papel fundamental para reducir el coste del producto en Europa. “No se trata solo de una mayor demanda por fondos más baratos, sino además por la mayor penetración de esas clases limpias sin comisión de distribución, que son 46 puntos básicos más baratas que aquellas que incluyen comisión de distribución”, indican. Sin embargo, y aunque las comisiones se han reducido en porcentaje, recuerdan que los inversores europeos pagan hoy en día más gastos en términos nominales que en 2013. “Estimamos que el pago anual de comisiones alcanza los 61.000 millones de euros frente a los 53.000 millones en 2013”, indican los expertos.