La Bolsa de Atenas despidió la sesión del viernes con una nueva caída del 1,59%, en medio de la tensión demostrada durante la reunión entre el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem y el nuevo ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis. Y, de nuevo, los bancos fueron los valores más castigados, habiendo perdido ya más de […]
Dirigentes Digital
| 30 ene 2015
La Bolsa de Atenas despidió la sesión del viernes con una nueva caída del 1,59%, en medio de la tensión demostrada durante la reunión entre el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem y el nuevo ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis. Y, de nuevo, los bancos fueron los valores más castigados, habiendo perdido ya más de la mitad de su valor en Bolsa.
El dinero huye y los primeros cálculos apuntan a que hasta 11.000 millones de euros salieron de depósitos bancarios de entidades griegas entre el 19 y el 23 de enero. Según datos de Bloomberg, en noviembre de 2014, los bancos griegos mantenían en sus balances 164.000 millones de euros en depósitos. Desde entonces, esta cifra se ha reducido en un 8,5%, por debajo de los 151.000 millones registrados en los peores momentos de 2012.
Esta desbandada de los inversores se ha traducido en una tensa semana también en los mercados de deuda. La prima de riesgo del país vuelve a estar disparada por encima de los 1.125 puntos básicos. Antes de las elecciones, rondaba los 830. La rentabilidad de los bonos a 10 años en el 11,55%. Antes de las elecciones, rondaba el 8,73%, dejando la prima de riesgo en 830 puntos básicos. Pero peor comportamiento aún ha registrado el papel a plazos más cortos. El rendimiento del bono a 3 años se sitúa ya por encima del 19%, y la cifra ronda el 15% en el 5 años.
Francisco Sánchez-Matamoros, analista de XTB, reconoce que "el partido capitaneado por Alexis Tsipras se ha convertido en un nuevo foco de tensión en los mercados, debido a las extremas políticas que plantean en el campo económico". Y recuerda que las condiciones de reestructuración de su deuda han lastrado a otros indicadores europeos como el Ibex 35, con un gran peso en el sector financiero. Aún así, el efecto contagio a otros países periféricos no es, ni mucho menos, como el que se vivió en los peores momentos de la crisis.
De hecho, el Ibex 35 solo ha perdido un 1,6% en la semana, aunque la prima de riesgo está de nuevo por encima de los 110 puntos básicos desde los 95 que llegó a tocar en la semana antes de las elecciones.
Lo que se juega el resto
Sin duda alguna, detrás de este menor contagio está el proceso de saneamiento del sector bancario europeo en su conjunto y, sobre todo, las reformas emprendidas por el resto de países periféricos. Es cierto que la exposición directa a Grecia de los principales mercados europeos es limitada. A 30 de diciembre de 2014, el Stoxx 600 incluía únicamente seis empresas griegas, equivalentes tan sólo al 0,18% del conjunto del índice, lo cual significa que una cartera con una diversificación media tiene poca exposición a la situación helena, si no nula.
Sin embargo, algunos países como España se la juegan, y mucho, en este escenario. El país tiene una exposición directa de 32.744 millones en forma de deuda griega, es el cuarto país de la Unión Europea que más ha aportado en el rescate del país heleno. Pero no solo eso. Los expertos coinciden en que por tener también año electoral, España podría ser el primero en sufrir un ‘efecto contagio’ por parte de los inversores internacionales, que han puesto el punto de mira en el avance de Podemos en las encuestas.
Los expertos destacan además que el cortoplacismo que impera en los mercados hace muy difícil que los inversores asuman esta situación en el largo plazo. Y el pánico hace que el dinero se mueva rápido. Y si es fuera de las fronteras griegas, mejor que mejor. Andrew Belshaw, Head of Investments London en Western Asset Management (filial de Legg Mason) recomienda en este escenario aguantar los picos de volatilidad que se puedan generar en los próximos días para aprovechar las oportunidades que dejen las caídas en la renta variable.
Y es evidente que el ‘factor político’ seguirá pesando, y mucho, en los mercados. Desde Renta 4 explican que la única opción que tiene Bruselas en caso de no llegar a un acuerdo con Grecia, es cortar al país heleno toda la asistencia financiera, "dejando a sus bancos, incluido el Banco Central, sin euros y forzando a Grecia a una suspensión de pagos acompañada de emisión de nuevos dracmas y salida "de facto" del euro". Una situación que, aunque en principio no es el escenario central, puede tener consecuencias desastrosas para los inversores. "Una vez más Grecia aprovechará, en nuestra opinión, ese miedo a la ruptura para obtener importantes ventajas en su deuda soberana y en su financiación", explican desde la firma.
Si no se llega a un acuerdo, el país se enfrentará de nuevo a unos viejos conocidos que ya provocaron más de un susto en el mercado durante lo peor de la crisis en 2012: las agencias de rating. Ficth ya ha advertido que Atenas se enfrenta a una posible rebaja de su calidad crediticia si no logra un acuerdo con los acreedores internacionales antes del 15 de mayo. De hecho, antes de las elecciones ya revisó de estable a negativa la deuda helena, manteniéndola en bono basura (B).
El problema es que después del Estado, llegan, como siempre, los bancos. Fitch mantiene en B- su valoración sobre las cuatro principales entidades helenas, el Alpha Bank, el Banco Nacional de Grecia, el Banco del Pireo y el Eurobank. Standard and Poor’s también ha dejado la perspectiva sobre la deuda griega en negativa.