La necesidad de adaptación a estos modelos cambiantes viene dada por la constante innovación tecnológica, el cambio de comportamiento de los consumidores y la aparición de nuevos competidores, entre otras incertidumbres. Todos estos factores tendrán una influencia sobre el rendimiento financiero de las principales
empresas de telecomunicaciones, señala el informe. Estos condicionantes, que ya fueron detectados en su mayoría por las compañías de telecomunicaciones tal y como recogía el informe de 2015, han continuado creciendo como desafíos para las “telecos” de manera significativa en el 2016. Las áreas donde la incertidumbre es mayor son las siguientes:
Financiero: Con unas mayores presiones competitivas, cada vez es más importante que las empresas de telecomunicaciones cuenten con un mayor cash-flow para la gestión del negocio. El acceso al crédito ha disminuido lo que ha provocado que algunas “telecos” se hayan visto obligadas a deshacerse de líneas de negocio no estratégicas.
Clientes: En los últimos años estamos asistiendo a un cambio significativo en el tipo de cliente y la manera en la que consume información. Este impacto en la industria de las telecomunicaciones es significativo, ya que estos nuevos clientes demandan un acceso triple-play (voz, banda ancha y televisión) a un precio competitivo para satisfacer sus demandas. Ciberseguridad y datos: Cada vez más las empresas de telecomunicaciones se enfrentan a los riesgos reputacionales que supondría la violación de datos. Para evitar esta posible pérdida de confianza por parte del cliente, con el coste que supone cumplir con el cumplimiento normativo en materia de datos y el aumento de la seguridad, las empresas de telecomunicaciones necesitan contar con una inversión que garantice cumplir con estas expectativas y tener las herramientas necesarias para amenazas futuras.
Regulación: Europa es una de las regiones donde mayores cambios regulatorios se han producido en el último año. Se trata de un riesgo significativo para el negocio de las “telecos”, ya que la regulación cada vez es más centralizada en la Unión Europea y los reguladores de otras regiones son más proclives hacia sus mercados éstas necesitan adaptar sus estrategias para que esto no suponga una pérdida de ingresos. Competidores y nuevas tecnologías: Existe una gran expectación sobre la capacidad de las empresas de telecomunicaciones para adaptar las nuevas tecnologías en sus ofertas de servicios y la incidencia en el volumen de ingresos. El aumento de la competencia sin embargo repercutirá en los márgenes del volumen de negocio de las compañías de telecomunicaciones y sus ingresos futuros.