En octubre, el índice general de la bolsa de Shanghai ya lleva ganado un 4,22%. Y, según los analistas consultados, probablemente se alcancen los 3.300-3.400 puntos, desde los 3.130 que ronda actualmente. El PIB, por un lado, se mantuvo en linea con las previsiones iniciales del gobierno (un 6,7%). Sin embargo, una lectura más profunda […]
Dirigentes Digital
| 27 oct 2016
En octubre, el índice general de la bolsa de Shanghai ya lleva ganado un 4,22%. Y, según los analistas consultados, probablemente se alcancen los 3.300-3.400 puntos, desde los 3.130 que ronda actualmente. El PIB, por un lado, se mantuvo en linea con las previsiones iniciales del gobierno (un 6,7%). Sin embargo, una lectura más profunda de las cifras apunta hacia un cambio de modelo económico y nuevas oportunidades más allá de una cartera tradicional. Las ventas minoristas crecieron dobles dígitos, un 10,7%. Del total, además, un 14,5% son ventas online efectuadas mediante el comercio electrónico. El consumo privado, en consonancia con estas dos últimas variables, ya supera la mitad del PIB. Y el sector servicios, por otra parte, también crece más que la media (7,6%). Atendiendo a la producción industrial, las subidas son algo más moderadas, del 6,7%. Ahora bien, la producción de robótica correspondiente al último trimestre se disparó un 30%. Y el output de vehículos eléctricos lo hizo un 85%. Al respecto, el gobierno chino tiene como prioridad seguir reduciendo la contaminación en ciudades como Pekín, que ya descendió una quinta parte durante 2015. Se van a limitar las matriculaciones anuales de vehículos (de 150.000 a 100.000 en 2018). Pero, esto es importante tenerlo en cuenta, estas restricciones no serán aplicables sobre los vehículos eléctricos. Según el analista jefe de Galaxy Securities, Yang Huachao, hay tres fuerzas jugando a favor del mercado en estos momentos. En primer lugar, la reforma de algunos sectores sobredimensionados, como las materias primas. “La reducción del tamaño de industrias como el carbón ha hecho que los precios hayan tocado suelo”, apunta Yang. El índice de las empresas del carbón, sin ir más lejos, ha roto este martes con una subida superior al 7%. En segundo lugar, la sesión plenaria del partido comunista está poniendo el foco sobre sectores estrechamente relacionados con la reforma económica. Yang Huachao recomienda vigilar de cerca las empresas dedicadas al cuidado medioambiental, los vehículos eléctricos y las energías renovables. China está poniendo mucho énfasis en conceptos como las smart cities, o ciudades inteligentes, y alguna declaración al respecto es muy probable que salga del cónclave comunista (con el consiguiente optimismo en bolsa). El transporte, asevera nuestro analista, también seguirá siendo protagonista. Los trenes de alta velocidad, concluye, son otro sector que conviene vigilar muy de cerca. Por último, existen sectores defensivos que siempre se benefician de las subidas en bolsa, como el agrícola o farmacéutico. Ante una perspectiva alcista como la actual, Yang ve razonable que los mercados chinos consoliden sus subidas por esta tercera vía. La deuda corporativa, que asciende al 165% del PIB, y las salidas de capitales continuan siendo los riesgos principles para la economía china a medio plazo. Este mismo lunes supimos que la primera empresa autorizada para canjear deuda por acciones es Sinosteel, la primera acerera china, cuyos préstamos impagados ascienden a casi 5.000 millones de dólares. Esto, en otras palabras, es un rescate encubierto que China tiene previsto hacer sobre varias empresas (todavía no sabemos cuántas). Sobre las salidas de capitales, en una economía con rígidos controles como la china, están dándose explicaciones tan diversas como que el país está exportando 120 millones de turistas todos los años. O que la inversión exterior china no para de crecer. Sin ir más lejos, el grupo HNA ha comprado un 25% de los hoteles Hilton por 6.500 millones de dólares. No obstante, la perspectiva de que suban los tipos en Estados Unidos está provocando salidas de capitales generalizadas en todo Asia-Pacífico (no sólo China). En cualquier caso, lo cierto es que el yuan está en niveles mínimos históricos desde el comienzo de la crisis. Los analistas internacionales están preocupados. Los chinos, algo menos, aseguran que China sigue teniendo solvencia de sobra. El efecto colateral más importante de todo esto, al final, es que China continúa acumulando superávits comerciales merced a una moneda devaluada cuyo tipo cambiario fija directamente el banco central chino (PBOC).