Los expertos de Pioneer Investments han elaborado un estudio analizando esas tendencias estructurales que sin duda conducen a una mayor demanda de rentas. La primera de ellas es el envejecimiento de la población, que no solo aumentará el número de jubilados respecto a las personas en edad laboral, sino también la extensión del periodo de […]
Dirigentes Digital
| 26 mar 2015
Los expertos de Pioneer Investments han elaborado un estudio analizando esas tendencias estructurales que sin duda conducen a una mayor demanda de rentas. La primera de ellas es el envejecimiento de la población, que no solo aumentará el número de jubilados respecto a las personas en edad laboral, sino también la extensión del periodo de jubilación ante el aumento de la longevidad.
"Esta tendencia resulta especialmente preocupante debido a que se combina con otra, el incremento de la deuda pública en las economías avanzadas", advierten desde la gestora internacional. Los expertos recuerdan que, siete años después de la crisis financiera global, "la deuda pública de la mayoría de las economías avanzadas ha alcanzado máximos históricos y sigue aumentando. La relación deuda/PIB ha aumentado hasta alcanzar el 106% en 2014, desde el 73% en 2007".
Más regulación, consecuencias para el cliente
Desde Pioneer Investments explican que el aumento de la regulación es otra tendencia que se ha traducido en una mayor responsabilidad a nivel del inversor. "Los sectores de las pensiones y los seguros se encuentran en el punto de mira tras la gran crisis financiera", explican los expertos, señalando cómo el aumento de la normativa ha provocado que estas compañías estén menos dispuestas a asumir riesgos.
Y ponen dos ejemplos: "Por un lado, la normativa Solvencia II podría reducir en el futuro los ingresos por jubilación de las renta vitalicias conforme las compañías de seguros adopten una distribución más cauta y, por otro, las empresas prefieren los planes de cotización definida frente a los planes de prestación definida con el fin de limitar el impacto de las normativas de contabilidad en los balances corporativos".
A su juicio, todo esto conlleva una mayor responsabilidad por parte del inversor para garantizar un nivel de renta suficiente a la vista de su jubilación, lo que está impulsando la demanda de soluciones de inversión en renta.
A estas tendencias se suman otras más cíclicas, como las altas tasas de desempleo juvenil en Europa, que han provocado el aumento significativo de adultos jóvenes no emancipados, lo que a su vez se ha traducido en un mayor gasto de los hogares. "En términos generales, la crisis ha reducido el crecimiento de la renta disponible real y, con ello, la capacidad de gasto de los consumidores. En el caso de familias con suficientes ahorros, esto se traduce en la demanda de productos de inversión capaces de generar renta para mantener y pagar la educación los hijos", explican los expertos.
Estrategias para los inversores
Ante este escenario, los inversores deben obligarse a buscar fuentes alternativas de rentas, algo que muchas carteras conservadoras no están llevando a cabo. "Los inversores han adoptado una distribución más conservadora a pesar del entorno económico actual de bonos gubernamentales a tipos de interés y rendimientos muy bajos. En los principales países desarrollados, el porcentaje de las carteras de los hogares invertidas en depósitos o bonos oscila entre del 20 al 50%. El resultado en la mayoría de los casos es un nivel de renta muy bajo de la cartera", advierten los expertos.
En su opinión, "el mercado de renta variable encierra oportunidades de renta a través de acciones con dividendo, así como el entorno multiactivo gracias a un mayor universo de inversión". Los expertos no descartan oportunidades en renta fija, "donde un enfoque flexible puede ayudar a salvar el entorno de mercado actual".