La declaración de Jaime Terceiro, ex presidente de Caja Madrid, como testigo en el caso de las tarjetas black. El banquero ha tumbado la defensa de los acusados que en la mayoría de los caso habían argumentado que el gasto ocasionado a través de este sistema formaba parte de la retribución. Blesa incluso llegó a […]
Dirigentes Digital
| 24 oct 2016
La declaración de Jaime Terceiro, ex presidente de Caja Madrid, como testigo en el caso de las tarjetas black. El banquero ha tumbado la defensa de los acusados que en la mayoría de los caso habían argumentado que el gasto ocasionado a través de este sistema formaba parte de la retribución. Blesa incluso llegó a declarar que era un sistema heredado de su predecesor. Terceiro ha admitido que existían tarjetas disponibles entre consejeros y miembros de la Comisión Ejecutiva, pero que eran “exclusivamente” para gastos de representación. El dirigente ha entrado en detalle afirmando que había un límite de disposición de 1.800 euros al año, cuando salió de la caja, frente a gastos imputados a partir de 1996 de 500.000 euros. Además, ha indicado que no se podía retirar dinero en efectivo. El banquero ha insistido en que mientras él fue presidente, el límite fue de 600 euros como máximo por tarjeta y que no se modificó en los casi nueve años, “porque el gasto medio efectuado era de entre 250 y 300 euros mensuales”. Terceiro ha sido tajante al afirmar que durante su mandato las tarjetas eran absolutamente blancas en contraposición a las black, porque estaban legalizadas y autorizadas por los canales adecuados, “se empezaron a oscurecer en fecha posterior a mi presidencia”. Durante las preguntas del fiscal, Terceiro ha aprovechado para explicar su salida de la caja en 1996, seis meses después de ser ratificado en el cargo. “Se produjo un acuerdo entre un partido político y un sindicato, y después con otro partido político que implicaba cambios en la política de inversión de la entidad y en los salarios de los empleados”, ha indicado para apuntar que no se amoldaba a su manera de gestionar la caja. Para Terceiro, el acuerdo fue “un paradigma del mal gobierno corporativo de las cajas, hecho a espaldas de los órganos de gobierno”. Además ha señalado directamente a Rodrigo Rato, por aquellos entonces vicepresidente del Gobierno con Aznar, que le ofreció “canjear” su puesto con el de otra gran empresa. Terceiro presentó su dimisión al Consejo en septiembre de 1996. Posteriormente, fue nombrado Miguel Blesa como presidente de Caja Madrid.