Deutsche Bank, Banco Popular o Monte dei Paschi di Siena son sólo los últimos protagonistas del huracán de dudas en el que, de forma recurrente, se ve envuelto el sector bancario europeo. A vueltas con los problemas estructurales pendientes de resolver (el exceso de capacidad o la morosidad), los altibajos de la recuperación económica (exposición […]
Dirigentes Digital
| 28 jul 2016
Deutsche Bank, Banco Popular o Monte dei Paschi di Siena son sólo los últimos protagonistas del huracán de dudas en el que, de forma recurrente, se ve envuelto el sector bancario europeo. A vueltas con los problemas estructurales pendientes de resolver (el exceso de capacidad o la morosidad), los altibajos de la recuperación económica (exposición a petroleras o a emergentes, impacto del Brexit…) y el ‘efecto perverso’ de las políticas acomodaticias de los bancos centrales, con los tipos negativos como principal exponente.
Así, las entidades no terminan de ver su horizonte despejado, a pesar de como decía el banquero italiano las entidades se encuentran "ahora mejor, sino mucho mejor, que en 2009". Pues, detallaba, desde el punto de vista de la solvencia se han llevado a cabo "una serie de acciones en los últimos tres/cuatro años tanto en regulación, como en supervisión, y en una nueva clasificación armonizada de la cartera vencida, así como en provisiones".
¿Respaldarán sus palabras los tests de estrés que conoceremos este viernes, 29 de julio? Para la agencia de calificación crediticia Fitch, en primer lugar, estos exámenes mostrarán "las diferencias relativas en la capacidad de resistencia de los bancos". Así, centrados en los resultados del escenario más adverso, esperan que las entidades con "rating más alto mostrarán una mayor capacidad de recuperación".
La firma destaca asimismo que el número de evaluados se ha reducido a la mitad (51 desde los 123 de 2014). Concretamente, España cuenta ahora con seis ‘representantes’ e Italia con cinco, frente a los 15 previos; no hay portugueses, griegos, eslovenos o chipriotas.
"Aunque los bancos españoles también cuentan con grandes cantidades de activos dudosos, y estos aún son elevados en Irlanda, los italianos tienen la calidad promedio más débil", destaca aún más Monte dei Paschi. Sin embargo, estos analistas no creen que "vayan a salir cosas nuevas a la luz, pero la presión aumentará para que afronten el problema". No habrá suspensos o aprobados en esta ocasión, recuerdan, pero también añaden que si los resultados están "por debajo de nuestras expectativas podría haber revisiones de ‘notas’".
Centrados en las entidades españolas, desde S&P Global Market Intelligence creen que muchas de ellas "han fortalecido sus niveles de capital en general y la cartera vencida ha disminuido significativamente". El Tier 1 de 2015 alcanzó el 12,5%, frente al 11,6% de 2014; la mora cedió al 7,6% desde el máximo del 12,9% visto en 2013.
El panorama económico ha mejorado, también el sector inmobiliario, pero, estos expertos se hacen eco de las palabras de Javier Bernat, de Bankia Bolsa, quien reconoce que "rentabilidad y retornos se encuentran bajo presión ante la escasez de demanda de préstamos, los bajos tipos de interés y el aumento de la competencia". Sin duda, reconoce, estos exámenes desafiarán "la capacidad de recuperación de la calidad de los activos y del capital" en una recesión.
Ahora bien, ‘no hay mal que por bien no venga’ reza el refrán. Y así parece que será para la banca italiana. Pues su delicada situación es conocida, y todo apunta a que no habrá sorpresas, pero quizá las pruebas supongan un revulsivo para encauzar sus problemas.
Tal y como explica Capital Economics, "los próximos tests de estrés ofrecen un salvavidas potencial", pues la normativa sobre rescates públicos de la Unión Europea (UE) podría "permitir una recapitalización pública bajo ‘circunstancias especiales’" que podrían darse con los resultados de estos exámenes. Coincide Renta 4 en este extremo y apunta: "Podrían servir de excusa para permitir la intervención pública y evitar así las pérdidas de los bonistas italianos".