La apertura de aquel The Geographic Club supuso un antes y un después en la forma de diseñar los locales de restauración y marcó un hito en la importancia que posteriormente ha adquirido la decoración en los restaurantes. Su propuesta gastronómica en aquel momento iba muy en línea con lo que entonces era vanguardia, hamburguesas […]
Dirigentes Digital
| 27 oct 2016
La apertura de aquel The Geographic Club supuso un antes y un después en la forma de diseñar los locales de restauración y marcó un hito en la importancia que posteriormente ha adquirido la decoración en los restaurantes. Su propuesta gastronómica en aquel momento iba muy en línea con lo que entonces era vanguardia, hamburguesas de calidad y platos de inspiración norteamericana. A caballo entre lo vintage y lo british, continúa manteniendo ese aire elegante y ligeramente decadente que lo convirtió en único desde el principio y que lo ha hecho a lo largo de su historia escenario perfecto para numerosas presentaciones y eventos de todo tipo. Dividido en tres espacios, sorprende a su entrada su cocktail bar con el globo de Jesús González con el que Camilo José Cela realizó su viaje para inspirarse en su libro Viaje a la Alcarria II. En la planta superior su salón restaurante de estilo victoriano decorado con objetos traídos desde todo el mundo. Finalmente, en su planta sótano el cocktail pub, un genuino pub inglés en el que poder disfrutar de una carta de más de 50 cocktails con y sin alcohol, entre los que destaca el Singapore Sling. Pero gastronómicamente la mayoría de edad de The Geographic Club ha traído aires nuevos y radicalmente diferentes a su carta. Terminada definitivamente la etapa americana, The Geographic ofrece ahora una propuesta netamente mediterránea con algunos guiños de cocina internacional que se traduce en platos magistralmente trabajados y recetas resueltas de forma efectiva. Nueva carta Al mando de sus fogones el chef Sherwin Galang recala ahora en The Geographic Club tras 17 años en el Grupo Oter. Como encargado de la repostería, Miguel Caballero que lleva ejerciendo en ese mismo puesto desde la apertura del local hace 21 años elaborando cada día un amplio repertorio de postres caseros a los que es imposible resistirse. Platos tan interesantes como su tortilla de merluza de pincho y puerros, sus callos con morro, su magnífico rabo de toro al estilo cordobés o sus lomos de bacalao confitados a los dos gustos (al pil-pil y con salsa vizcaína) o su magnífica ensaladilla para los más clásicos . Recomendables también sus arroces entre los que destaca su arroz marinero con gambón y almejas y su arroz negro de calamar de potera.