Apenas un mes después de la activación de la Cláusula 50 del Tratado de Lisboa, la primera ministra británica, Theresa May, ha anunciado su intención de celebrar elecciones el próximo ocho de junio. Con este cambio, los comicios se adelantan en casi tres años, ya que la próxima cita ante las urnas no estaba prevista […]
Dirigentes Digital
| 18 abr 2017
Apenas un mes después de la activación de la Cláusula 50 del Tratado de Lisboa, la primera ministra británica, Theresa May, ha anunciado su intención de celebrar elecciones el próximo ocho de junio. Con este cambio, los comicios se adelantan en casi tres años, ya que la próxima cita ante las urnas no estaba prevista hasta 2020. El inicio oficial del ‘Brexit’ y la puesta en marcha de las negociaciones con Bruselas son los motivos que han empujado a la líder del partido conservador a legitimar el apoyo ciudadano a través de las urnas. La que fuera ministra de Interior y de Mujer e Igualdad en la primera etapa de David Cameron, accedió al poder en junio de 2016 tras la renuncia de este a la presidencia. Ha sido la encargada de estructura el voto británico favorable a la salida de la Unión Europea, tramitando en el Parlamento y en el Senado la ley de secesión, hasta la activación del mencionado artículo 50. Ahora, la primera ministra adelanta los comicios para que el pueblo decida quién dirigirá las negociaciones y la salida definitiva de Reino Unido en abril de 2019. Tan sólo nueve meses después de que los británico votaran “no” a su permanencia en el mercado común, los términos del “Brexit” siguen siendo una incógnita. Sólo se sabe que Reino Unido optará por un modelo “hard”, lo que se traduce en la salida del mercado común, con el objetivo de recuperar la soberanía sobre sus fronteras. La inmigración parece haber sido el principal incentivo en el voto de los británicos. Reino Unido es el segundo destino más solicitado por los europeos después de Alemania, con aproximadamente 2,2 millones de trabajadores comunitarios. Los más numerosos son los polacos, con unos 916.000 inmigrantes, seguidos por los indios, con 362.000 trabajadores, los irlandeses, con 332.000, y los rumanos, con 233.000 empleados. Las industrias que más afectadas se verían por una eventual salida del mercado común serían las manufacturas, el comercio y la sanidad. Además, Reino Unido perderá el acceso a su principal socio comercial, ya que hasta ahora ha sido el destino para el 45% de sus exportaciones. Si el Gobierno británico no logra un acuerdo comercial o transitorio, sus exportaciones quedarían sujetas a las tarifas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). La aplicación de aranceles después de 44 años de libre comercio afectaría fundamentalmente a las ventas de maquinaria (+2%), vehículos (+8%) y aviación (+3%). La factura presupuestaria comprometida con la UE es otro de los puntos de conflicto de cara a las negociaciones. Reino Unido es el segundo mayor contribuidor al balance comunitario después de Alemania. Bruselas ya se pronunció al respecto, y según sus cálculos preliminares el pago podría ascender a los 60.000 millones por los compromisos adquiridos hasta 2021.