Cuando comenzó la actual Crisis (sigue siendo en mi opinión la misma Crisis que se inicia en 2008) era muy habitual escuchar desde las autoridades económicas mundiales esta frase: la política monetaria puede expandirse de forma indefinida. Luego, más tarde, los mensajes fueron siendo mucho más comedidos: la política monetaria no es la solución a […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Cuando comenzó la actual Crisis (sigue siendo en mi opinión la misma Crisis que se inicia en 2008) era muy habitual escuchar desde las autoridades económicas mundiales esta frase: la política monetaria puede expandirse de forma indefinida.
Luego, más tarde, los mensajes fueron siendo mucho más comedidos: la política monetaria no es la solución a los problemas estructurales, la expansión monetaria sin límite plantea riesgos en términos de desequilibrios, es fundamental no confundir los objetivos de la política monetaria con los de la política fiscal. Todo esto ha llevado a un grado de confusión entre los agentes económicos, cada vez más convencidos de la falta de efectividad con el tiempo en las medidas monetarias excepcionales aplicadas en los últimos años.
Pero, ¿no seguimos viendo riesgos para la inflación? ¿no seguimos asistiendo a una crisis financiera de larga gestación que requiere medidas de largo plazo?. Al final, parte de la crisis reciente de los mercados no deja de ser una crisis de confianza hacia los bancos centrales. Y sus dudas no hacen otra cosa que agravarla.
¿Y la solución a los problemas de fondo? Pero, ¿tienen claros cuáles son estos problemas?.
China y la depreciación del Yuan; la restricción financiera de los países emergentes; el desplome de los precios del crudo; la caída de las petroleras y crecientes dudas sobre la sostenibilidad de muchos países exportadores; la desconfianza sobre la banca como si de una crisis sistémica se tratara; el deterioro de los mercados de crédito… ¿crisis económica?
En el fondo, el desarrollo de los acontecimientos en los últimos meses tienen más semejanzas que diferencias con lo que vivimos en 2008. Naturalmente, en aquel momento fue una crisis de crédito y deterioro del sector financiero los detonantes; ahora han sido los emergentes y el crudo. En aquel momento había problemas fundamentales detrás de la Crisis; ahora estamos desarrollando estos problemas con una cuestión de confianza de fondo. Pero, en ambos casos, como si se tratara de un juego de dominó cuyas piezas van cayendo una a una.
Hoy en Asia he escuchado por primera vez en años algo que ya escuché al principio de la Crisis en 2008. En definitiva, un analista se preguntaba en público si los bancos centrales tienen suficiente poder para contener una crisis de mercados. De nuevo, apelando al FMI, sin duda así debería ser. Pero, ¿están dispuestos los bancos centrales a aplicar este poder? No hace tantos meses un alto cargo de un banco central sonreía ante una cuestión que le hacía sobre la posibilidad de actuar de forma coordinada los principales bancos centrales a nivel mundial. Admito que se me quedó cara de tonto, considerando que mi cuestión también lo era. Bueno, quizás ahora no pueda considerarse así.
José Luis Martínez Campuzano es estratega de Citi en España.