Se aleja el fantasma del ‘populismo’ en Europa. Emmanuel Macron se ha impuesto finalmente a la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, y será el próximo presidente de Francia, el más joven de su historia, por cierto. Aunque su victoria (66%) de los votos ha sigo más holgada de lo esperado, el 34% que […]
Dirigentes Digital
| 08 may 2017
Se aleja el fantasma del ‘populismo’ en Europa. Emmanuel Macron se ha impuesto finalmente a la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, y será el próximo presidente de Francia, el más joven de su historia, por cierto. Aunque su victoria (66%) de los votos ha sigo más holgada de lo esperado, el 34% que ha conseguido el Frente Nacional no debe ser olvidado, ni tampoco la siguiente cita de los galos con las urnas: los días 11 y 18 de junio para las legislativas. Consciente del trabajo pendiente, y tras todo los ‘celebrado’ después de la primera ronda, el mercado opta ahora por la cautela. Se alivia el riesgo político, la macro acompaña y también los resultados empresariales, pero aún quedan por resolverse los comicios en Alemania y la delicada situación de la banca italiana, sin olvidar la ‘estrategia de salida’ del Banco Central Europeo (BCE) o posibles incertidumbres externas como Trump, China o las turbulencias del petróleo… Sin embargo, los analistas parecen coincidir en que la imagen (y el horizonte) es ahora mucho más clara para Europa. Así, Peter Hensman, estratega global en el equipo de Real Return de Newton (parte de BNY Mellon) señala que aunque es probable que gran parte del efecto positivo de la victoria de Macron ya esté descontado, muchos anticiparán nuevos avances ahora que se conoce el resultado. “El euro se perfila como uno de los principales beneficiarios de que el temor de los mercados a la propagación del populismo se haya disipado”, afirma. En su opinión, sus “credenciales centristas y proeuropeístas resultan claramente positivas para los inversores, al igual que la expectativa de que lleve a cabo reformas moderadas y favorables al mercado que podrían contribuir a flexibilizar el mercado laboral francés”. El empuje reformista del nuevo presidente de Francia dependerá mucho del resultado de las elecciones legislativas que, tal y como recuerda AllianzGI, “determinarán cuán eficaz puede llegar a ser”. Estos expertos no se olvidan de Italia, pero también creen que ahora los mercados “deberían ahora poder concentrarse más en el aspecto positivo de la economía en Europa. Con la mejora del empleo y de los datos de producción, la renta variable del Viejo Continente debería continuar teniendo un mejor comportamiento que la global”. Coincide Amundi al señalar que “disipada la incertidumbre de Francia , podemos centrarnos en los fundamentales, que han mejorado significativamente en los últimos trimestres”. Y también BlackRock Investment Institute: “Las elecciones legislativas de junio serán un indicador clave sobre la capacidad de Macron para formar una coalición y poner en marcha su agenda de reforma”. Con todo, reiteran su “visión positiva sobre la renta variable europea y creemos que la reducción del riesgo político está contribuyendo a que los inversores vuelvan a centrarse en las perspectivas de mejora del crecimiento de la región”. Teniendo en cuenta el buen tono de la macro europea, de hecho, Mark Bogar, gestor de renta variable europea en The Boston Company Asset Management (parte también de BNY Mellon) apunta que “sectores como el industrial, el de materiales, el de consumo discrecional y ciertos segmentos de tecnologías de la información registren un mejor comportamiento, mientras que los sectores defensivos como consumo básico, suministros públicos (utilities), salud y servicios de telecomunicaciones podrían quedarse rezagados si aumenta el apetito por el riesgo”.
Por su parte, Steven Andrew, gestor del fondo M&G Income Allocation, destaca que “la renta variable de la Zona Euro, que actualmente presenta unas valoraciones atractivas, podría arrojar una rentabilidad notable de cara al futuro. La ruptura de la narrativa sobre la fragmentación de la zona monetaria debería alentar a los inversores a centrarse más en la mejora de los datos fundamentales de la región. En cuanto a la renta fija, la deuda periférica como la portuguesa, debería beneficiarse de la reducción del temor a la inestabilidad política”.
La agenda de Macron Además su postura pro-europea clave, Macron se ha mostrado claramente comprometido con la reforma del mercado laboral francés, una de las principales asignaturas pendientes del país. “El nuevo presidente francés se propone rebajar los impuestos sobre el trabajo, mejorar la educación y aumentar el gasto en defensa (…) su económica incluye un ‘nuevo modelo de crecimiento’ que prevé inversiones por valor de 50.000 millones de euros a lo largo de los próximos cinco años. Además, se ha propuesto reducir el gasto público en 60.000 millones al año en ese periodo y es favorable a un parlamento de la Zona Euro. Aunque aún no se conocen todos los detalles sobre sus prioridades, la tesis general está clara: proeuropeísta y favorable a las empresas, como le gusta el mercado”, detalla el economista jefe de Standish, Vincent Reinhart. Ahora bien, Paul Brain, responsable del equipo de renta fija de Newton, recuerda que podría no contar con todos los apoyos necesarios para que su camino ‘sea de rosas’. “La situación es más complicada de lo que sugiere el resultado, por lo que creemos que se mantendrá la incertidumbre. Tras las impulsivas reacciones que siguieron a la victoria de Trump en Estados Unidos, ha quedado claro que lo que el mercado cree a menudo dista mucho de lo que realmente puede hacer un nuevo gobierno. La inminente celebración de elecciones legislativas en Francia genera más incertidumbre, al igual que la falta de track record político de Macron. Dicho de otro modo, la situación nos recuerda a la famosa expresión francesa ‘plus ça change, plus c’est la même chose’. Gente nueva, nuevas promesas y los mismos problemas de siempre”. En este contexto, Capital Economics se reconoce “cautelosamente optimista de que Macron pueda, al menos, llevar a cabo algunas de sus reformas e impulsar la economía de Francia. Pero no será una tarea sencilla”.
El turno del BCE
Por otro lado, el alivio del riesgo político que trae consigo el resultado electora en Francia pone ahora el foco en los próximos pasos del BCE respecto a sus estímulos.
Tom Ross, gestor del fondo Henderson Credit Alpha, cree que ahora “la atención ahora se va a centrar en la retórica de los bancos centrales y, en cuanto a las carteras europeas, en cualquier declaración del BCE o de Mario Draghi sobre el final de la relajación cuantitativa y sobre el programa de compra de bonos corporativos”.
Mientras, BrandyWine Global, filial de Legg Mason especializada en renta fija, añade: “Si todo lo demás se mantiene intacto, la presidencia de Macron debería allanar el camino para que el Banco Central Europeo empiece a retirar su programa de compra de activos más adentrado el año y, en general, a endurecer su política monetaria”.