En este entorno de bajos tipos y retornos que se ha instalado en los mercados desarrollados, una y otra vez inversores y gestores se plantean si ha llegado el momento de mirar hacia el universo emergente a la caza de oportunidades. En el maremágnum de vientos a favor y en contra de estas Bolsas, hay […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
En este entorno de bajos tipos y retornos que se ha instalado en los mercados desarrollados, una y otra vez inversores y gestores se plantean si ha llegado el momento de mirar hacia el universo emergente a la caza de oportunidades. En el maremágnum de vientos a favor y en contra de estas Bolsas, hay tres factores que apoyan la apuesta por estos activos financieros.
Peter van der Welle, estratega de Robeco, opta por una "sobreponderación cautelosa". Reconoce que el crecimiento de las ganancias corporativas contribuirá al repunte de las acciones, también las valoraciones atractivas y la estabilidad de su rentabilidad por dividendo.
Así, explica que hay una serie de pilares que apoyarán el crecimiento emergente: estabilización de las materias primas tras la "derrota" reciente; mejora del consumo interno y unas monedas infravaloradas. Ahora bien, también es consciente de que hay ‘baches’ en el camino y no son otros que la fase madura en la que han entrado importantes países como China o Corea del Sur; y de la necesidad de impulso reformista de otras tantas naciones que se están quedado atrás en cuestiones de regulación, fiscalidad o transparencia.
"En resumen, aunque esperamos que el crecimiento se afiance, no vemos el regreso de los ratios de incremento anteriores a la crisis, lo que implica un menor impulso a los resultados empresariales dede la perspectiva de la productividad", detalla.
Ahora bien, las fuentes cíclicas aclaran las perspectivas de las cuentas corporativas. "Los márgenes no son particularmente altos en los mercados emergentes y hay espacio para una mejora significativa cuando empiecen a beneficiarse de una mayor competitividad gracias a la fuerte depreciación sufrida por sus divisas".
Por otra parte, Van der Welle señala que una "de las principales razones para ser optimistas con estos activos es que son baratos": el MSCI Emerging Markets Index muestra un descuento del 25% sobre la base del ratio de precio/beneficio en comparación con los índices globales.
Finalmente, recuerda que la rentabilidad por dividendo del selectivo emergentes es del 3%, 20 puntos básicos por encima de MSCI AC World. En los próximos cinco años, la firma espera que alcance el 3,25%.
En este sentido, de hecho, S&P Global Market Intelligence llama la atención sobre el ETF SPDR S&P Emerging Markets Dividend (EDIV), que incluye valores emergentes que ofrecen una elevada rentabilidad por dividendo. Empresas con una capitalización total de mercado superior a los 1.000 millones de dólares y con un crecimiento de ganancias y rentabilidad positivo en los últimos trs años. Geográficamente, está sobreponderado en los mercados que mejor se ha comportado en lo que va de año (por ejemplo, Brasil o Sudáfrica) e infraponderado en que peor lo han hecho (China y Corea).
Al mismo tiempo, desde BlackRock destacan el potencial de la renta fija emergente. Su consejo es poner el foco en "oportunidades que presenten un alfa elevado, como ciertos títulos de deuda corporativa y bonos denominados en divisa local, además de usar estrategias flexibles".