Hablar del triángulo euro/dólar, petróleo e inflación exige hacer un ejercicio de reflexión. Llevamos semanas argumentando la importancia de estos tres factores y las connotaciones que tienen, tanto en términos positivos como negativos, dentro de la economía. Si nos fijamos en el par euro/dólar, debemos tener en cuenta que se suman dos motivos básicos para […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Hablar del triángulo euro/dólar, petróleo e inflación exige hacer un ejercicio de reflexión. Llevamos semanas argumentando la importancia de estos tres factores y las connotaciones que tienen, tanto en términos positivos como negativos, dentro de la economía.
Si nos fijamos en el par euro/dólar, debemos tener en cuenta que se suman dos motivos básicos para ver el claro recorrido bajista que tiene dicho activo. Por un lado la apreciación de un dólar que cada vez ve más cerca la posible subida de tipos de interés apoyado en unos datos macroeconómicos que van en la dirección correcta, siendo Estados Unidos una de las economías que mejor comportamiento mantiene en este ámbito a nivel global, y teniendo en cuenta que el periodo de políticas monetarias expansivas debería estar ya en un punto en el que el cambio vaya en la dirección de normalizar la situación y volver a una economía no condicionada por las medidas expansivas.
Por la parte que le toca al euro la depreciación seguirá siendo la tónica habitual dentro de la divisa, la incertidumbre sobre la unidad económica y las tensiones geopolíticas en la zona favorecen dicho comportamiento, siendo el condicionante más importante que golpea la decisión del BCE a la hora de aplicar políticas monetarias expansivas a través de la compra de bonos soberanos de manera masiva, motivo por el cual, según la ley fundamental del mercado sobre oferta y demanda, se requerirán muchos euros y se inundará el mercado de papel que no será fácil de absorber por la economía, teniendo un exceso de oferta, lo que abaratará el coste del activo, en este caso el euro, lo que hace pensar en unas proyecciones futuras para el par que lo conduzca, según vaya pasando el tiempo, a la paridad.
El caso del petróleo, la volatilidad existente en el activo es algo que no veíamos desde hace décadas. Parece haberse estabilizado en un rango de precios pero este rango es demasiado amplio, tenemos en cuenta que la producción sigue siendo estable y debemos de tener presente que hay más petróleo en el mercado que el que realmente se demanda.
Producir sigue siendo rentable para algunas economías, pero lo más importante es poder ver caer aún más el precio, lo que es una medida de presión y persuasora para eliminarse competidores por el camino y quedarse con un nicho de mercado mucho más amplio que el que anteriormente o en la actualidad poseen.
Jorge López es analista de XTB.