La economía turca mantiene un crecimiento promedio cercano al 4% anual en el que el sector de la construcción ha tenido un papel protagonista. El inmobiliario supone en torno al 20% del PIB total y el gobierno se ha apoyado en el ladrillo para sacar adelante la economía del país. Sin embargo, tal vez el […]
Dirigentes Digital
| 19 nov 2015
La economía turca mantiene un crecimiento promedio cercano al 4% anual en el que el sector de la construcción ha tenido un papel protagonista. El inmobiliario supone en torno al 20% del PIB total y el gobierno se ha apoyado en el ladrillo para sacar adelante la economía del país. Sin embargo, tal vez el impulso inmobiliario se está agotando, pues las previsiones de los expertos apuntan a que la mitad de los edificios nuevos quedarán sin vender este año.
Según informan desde el portal inmobiliario Idealista, se han construido en el país más de cuatro millones de viviendas desde 2002 y el volumen de créditos hipotecarios se ha incrementado de 20 millones de dólares en 2002 hasta 514.000 millones de dólares en 2015. Estos datos hacen dudar a los expertos sobre la viabilidad de este sistema de crecimiento basado en el ladrillo y temen que Turquía sea la próxima burbuja inmobiliaria. La consultora Goldman Sachs es una de las ven peligrar esta forma de crecimiento: "En los últimos años, Turquía ha experimentado un incremento tanto en los precios del alojamiento como en el volumen de créditos hipotecarios. Esto aumenta la preocupación sobre el cambiante mercado turco".
Los precios de las viviendas en Estambul han crecido un 68% desde 2010 y se han expedido 6,3 millones de permisos de construcción desde 2002. "Los precios de las viviendas en Turquía se han incrementado intensamente en los últimos años", continúa la consultora, que afirma que en los últimos cinco años el incremento en todo el país fue del 5%.
Los expertos avisan de lo que puede llegar: las estimaciones hablan de que a finales de 2015 no se habrán vendido la mitad del millón de licencias de obras expedidas en 2014, lo que aproximadamente supondrá 400.000 viviendas sin vender.
Las voces optimistas
Los economistas Yener Co?kun y Arvydas Jadevicius en un artículo de este verano opinaban, no obstante, que no hay riesgo de un desplome inmobiliario ya que "el crédito hipotecario ha sido expedido a individuos de ingresos medios-altos". "Debido a esta estructura más o menos ‘discriminatoria’ de acceso a las hipotecas, es improbable un desplome total del mercado inmobiliario", apuntan los expertos.
"Incluso en el peor de los casos, la explosión de lo que se percibe como una burbuja inmobiliaria no sería tan perturbadora para la economía nacional. Una futura corrección de los precios de la vivienda afectará probablemente a especuladores, receptores de créditos y constructoras que funcionan a base de créditos, pero es improbable que haya un efecto contagio", aseguran.