Alrededor de 50.000 soldados, policías, jueces, funcionarios y profesores han sido suspendidos o detenidos desde el intento de golpe. “Esta organización terrorista en paralelo ya no será un peón eficaz para cualquier país”, dijo el primer ministro Binali Yildirim, en referencia a lo que el gobierno ha alegado ser un Estado dentro de el Estado […]
Dirigentes Digital
| 19 jul 2016
Alrededor de 50.000 soldados, policías, jueces, funcionarios y profesores han sido suspendidos o detenidos desde el intento de golpe. “Esta organización terrorista en paralelo ya no será un peón eficaz para cualquier país”, dijo el primer ministro Binali Yildirim, en referencia a lo que el gobierno ha alegado ser un Estado dentro de el Estado controlado por los seguidores de Gülen. “Vamos a desenterrarlos por sus raíces”, dijo al Parlamento. Un portavoz del presidente, Tayyip Erdogan, dijo que el Gobierno estaba preparando una petición formal a Estados Unidos para la extradición de Gülen, que para Turquía fue el encargado de orquestar el golpe militar fallido el viernes en el que al menos 232 personas murieron. El presidente Estados Unidos, Barack Obama, discutió sobre Gülen en una llamada telefónica con Erdogan este martes, instando a Ankara a mostrar moderación, ya que están persiguiendo muy duramente a los responsables del intento de golpe. Los aliados internacionales de Turquía temen que este levantamiento se convierta en la excusa perfecta para que Erdogan lleve a cabo sus duras políticas y represiones en el país. El martes, las autoridades turcas cerraron medios de comunicación que se consideran de apoyo al clérigo y suspendieron a unos 15.000 trabajadores dependientes del Ministerio de Educación. Además se prescindió de los servicios de 100 funcionarios de inteligencia. Según Reuters, más de 492 personas fueron retiradas de su servicio en la Dirección de Asuntos Religiosos, 257 en la oficina del primer ministro y 300 del Ministerio de Energía. La lira se debilitó frente al dólar después de que la emisora estatal TRT dijera que todos los decanos universitarios habían recibido la orden de renunciar.