Dicen que los problemas nunca vienen solos y en Rusia pueden dar fe de ello. A las sanciones económicas y comerciales derivadas de la crisis de Ucrania, se sumó a finales de 2014 el desplome del petróleo, materia prima indispensable en las exportaciones del país. La economía del país se resintió y cambió sus previsiones […]
Dirigentes Digital
| 13 feb 2015
Dicen que los problemas nunca vienen solos y en Rusia pueden dar fe de ello. A las sanciones económicas y comerciales derivadas de la crisis de Ucrania, se sumó a finales de 2014 el desplome del petróleo, materia prima indispensable en las exportaciones del país. La economía del país se resintió y cambió sus previsiones de crecimiento. De hecho, el PIB cerró el ejercicio en negativo por primera vez desde 2009, con una bajada del 0,5%. El problema ahora reside en ver cuál será la evolución económica del país.
El alto el fuego acordado esta semana en Minsk podría ser un punto de inflexión en la crisis de Ucrania donde Rusia ha estado apoyando a los separatistas que luchan contra Kiev. En este contexto, la posición de Moscú ha hecho que tanto la UE como Estados Unidos impongan una serie de sanciones tanto económicas como comerciales al Kremlin. Moscú ha tratado de luchar contra ellas ampliando sus contactos con otros socios como China, con quienes firmó 50 nuevos acuerdos. Sin embargo, la economía del país se ha resentido y ha complicado, por ejemplo, la financiación de algunas compañías rusas o que se lleven a cabo proyectos en los que las empresas rusas necesitaban a un socio.
En plena negociación de una nueva ronda de sanciones, llegó in extremis y tras una negociación que duró toda la noche el acuerdo. Habrá que esperar para ver cómo se cumple y cómo se levantan las sanciones, en el caso de que esto se produzca a corto plazo.
Por ahora, y a falta de que se vea la evolución de este aspecto, las previsiones económicas para el país no son muy halagüeñas. Las previsiones para 2015 prevén un peor comportamiento de la economía con un desplome que variaría entre las previsiones más optimistas del 1% y las más pesimistas de alrededor del 4%. Esta última respaldada por el que fuera ministro de Finanzas, Alexei Kudrin.
El problema es que aunque se solucionen las tensiones económicas y comerciales, el desplome del petróleo continúa. El precio del crudo sigue a niveles muy bajos y esto perjudica a los países productores como Rusia. El rublo sigue desplomado y el banco central ruso hace movimientos confusos a la hora de tratar de frenar la inflación que esta situación puede producir.
El papel del regulador
El banco central ruso ha cambiado de estrategia en su última decisión sobre los tipos de interés. Así, este mes bajó los tipos al 15% desde el 17% al que se encontraban tras la fuerte subida de este indicador que llevó a cabo en diciembre y que todavía deja a los tipos por encima del nivel al que se encontraba en diciembre cuando la situación económica del país. "Detectamos un cambio apreciable en el mensaje del Banco Central Ruso, que pone un claro énfasis en el aumento de los riesgos para la actividad económica", apuntan los expertos de Citi.
En este sentido, los analistas señalan que ha habido un cambio de mensaje en el organismo. Si en diciembre cuando se produjo la brutal subida de tipos hablaba de una lucha contra la "inflación", ahora el banco apunta que existe una "multitud de riesgos macroeconómicos" para el país. En este contexto, el rublo sigue a la baja lastrado por el comportamiento del precio del petróleo. A pesar de que el crudo ha vivido un repunte en las últimas sesiones, la mayor parte de analistas auguran precios bajos para 2015. Un reto para la economía rusa cuyas exportaciones dependen en gran medida de esta materia prima.